sábado, 2 de mayo de 2009

CARLOS MARZAL

Carlos Marzal presentó recientemente en la FNAC en Zaragoza su último poemario: "Ánima mía", un canto a la vida que retoma temas de libros anteriores como "Los países nocturnos" (1996) o "Metales pesados" (2001).

Este Premio Nacional de Literatura estuvo en nuestro centro hace dos años dentro del programa de "Invitación a la lectura" y concedió una entrevista a unas alumnas de la optativa "Comunicación Audiovisual" (Paula Baeta , Ana Rosa Grañena y Elvira Samper) que fue publicada en "El País de los Estudiantes".


Sus declaraciones vuelven a estar de actualidad, pues hablan de la poesía como una forma de entender el mundo:

Si aún consigues creer en un poema, considérate muerta”. ¿Por qué provoca tanto al lector?CARLOS MARZAL: Es un poema ya antiguo, un poema de un libro… no sé si es de mi primero o de mi segundo libro, y yo no sé lo enfadado que estaría con la destinataria del poema, pero bueno en el fondo son palabras. Desde luego no quieres ni matar a alguien en la realidad, ni siquiera matarla en el poema, pero como tú has dicho es una manera de provocar, de implicar más afectivamente al lector ¿no? Y una de las formas de implicarlo, efectivamente, también es provocarlo con una declaración de ese tipo. Entonces lo que perseguía más que nada era la implicación emocional del lector y no el asesinato de alguien. (Risas)

En algunos poemas citas que hay que apreciar los pequeños placeres de la vida, ¿cuáles son los placeres cotidianos de Carlos Marzal?CM: Los placeres cotidianos de cualquiera, el placer de los sentidos en el que está incluido todo, está incluido pasear, está incluido mirar, está incluido comer, está incluido dormir, están incluidos todos los entretenimientos entre comillas menores, de todo tipo, desde contemplar un partido de fútbol a ver una película, escuchar música o estar con los amigos. Todo eso forma parte de lo que podemos entender por los placeres.

¿Aún se queda el último de la fiesta?
CM: ¡Qué va! Cuando era más joven sí que era el último de la fiesta, pero ahora… aunque mis amigos dicen que no me pueden arrancar de los sitios cuando salimos y de los bares. Desde luego me acuesto muchísimo más pronto, porque si no me riñen.

¿De qué manera le ha influido el nacimiento de sus hijos?CM: De una manera radical y decisiva. Primero porque supone la alegría máxima creo de cualquier ser humano que tenga ganas de ser padre, porque si uno no tiene ganas supongo que puede ser una condena, algo muy complicado. Pero si uno lo desea, no hay nada comparable a eso. Y luego, por otra parte, te vuelve más vulnerable, te vuelve más miedoso, porque te asusta cualquier cosa que les pueda ocurrir y te asustan todos los miedos que antes no tenías en sí mismos y ahora los tienes para tus hijos.

¿Desde cuándo le preocupa el paso del tiempo?CM: Yo creo que la experiencia de que el tiempo pasa y que nos deteriora y nos destruye se tiene muy pronto. Yo no sé cuándo la tuve, pero como sí que tuve la desgracia de ver desde muy joven que la gente se moría a mi alrededor, que familiares míos se morían... Yo creo que la experiencia de la muerte de los familiares cercanos es siempre la que nos hace caer en la idea del tiempo. El niño o el joven es eterno, sobre todo el niño, porque no vive en el tiempo no sabe ni que ha nacido ni que tiene que morir, en cierta forma es como un Dios. En cambio ya, el adolescente, yo creo que cae en la realidad y cae en el tiempo cuando conoce que a su alrededor la gente empieza a desaparecer.

¿Qué vivencia o anécdota dio pie al poema “No he vuelto a ser el mismo desde entonces”?
CM: Ninguna en concreto, es una fórmula para hablar de la caducidad del tiempo y de otras cosas de las que se habla en el poema, pero como parte de una anécdota en particular. Muchos poemas que parecen generados por una anécdota, muchas veces no es una anécdota sino una ocurrencia, una cita, algo que uno escucha, una película que ve. Muchas veces no es la traducción directa de una experiencia propia.

¿Qué vivencia amorosa se esconde dentro de “Cálculos infinitesimales”?CM: Pues tampoco ninguna en concreto sino la experiencia general del amor. Yo creo cuando uno escribe un poema no es una experiencia en concreto, ni es un amor en concreto, sino la experiencia del amor. Uno, cuando escribe un poema de amor, normalmente, lo mejor que debe hacer es escribirlo cuando no está enamorado. Cuando uno está enamorado, uno tiene el peligro de depositar la efusividad directamente en el poema y yo creo que se requiere un cierto distanciamiento con respecto a todo eso.

¿Por qué elige títulos en latín para muchos de sus poemas?
CM: Porque en ocasiones ya es una formulación habitual el que determinados temas, determinados tópicos se enuncien en latín. Como pasó con el Ubi Sunt, como el caso de Nasciturus, o como el caso de unos poemas en donde son citas. Hay un poema en "Los Países Nocturnos "que se enuncia también en latín. Es “Omnia secundum litem fiunt”, me parece que lo cito bien: todo está hecho a manera de contienda, todo es una lucha, una cita filosófica a través de la tradición.

Hemos apreciado una evolución más optimista en su último libro, ¿a qué se debe?CM: Probablemente simplemente al paso del tiempo, ya que uno comprende con el paso del tiempo que no tiene que quejarse de nada porque es un privilegiado, y que la mejor lección que puede dar, es la lección de estar en el mundo con cierta alegría y con cierto contento. Yo era más quejica cuando era joven, porque me parece que todos los que hemos sido de jóvenes, y creo que con el tiempo deberíamos volvernos menos quejosos y lamentarnos menos.

Como profesor de literatura, ¿aprovecharía en sus clases el rap para fomentar la poesía?
CM: Bueno el rap, el rap en concreto, yo no sé si el rap pero el rock sí, yo creo que hay extraordinarias letras de rock que son poemas y que la historia del rock tiene mitos determinados, cantantes concretos a los que podemos considerar perfectamente como poetas, como grandes creadores del siglo XX. Quien no haya escuchado a Bob Dylan, quien no haya escuchado a los Rolling, a los Beatles, me parece que se pierde una parte muy importante de la literatura también.



¿En qué se parece un poeta a un torero?CM: ¿Un poeta a un torero? Bueno pues hay toreros que tienen algo de poetas, que tienen una hondura que puede emocionar tanto como puede emocionar un buen poema. Ahora bien, poetas que tengan algo o mucho de toreros no conozco casi ninguno. Es más peligroso ponerse delante de un toro que ponerse delante de un poema.

Usted dice que para escribir poesía hace falta tener…
CM: “Cojones duros”… Es una cita de un poeta italiano que se llama Cesare Pavese que dice que para escribir no basta con leer, no basta con la cultura, no basta con la voluntad, sino que hace falta algo más. Él dice “cojones duros” pero se refiere a una fuerza o carácter moral. Yo cuando digo eso creo que es lo mismo que dice Pavese, me refiero a algo que no es propio solamente de los hombres, sino también de las mujeres, y que es una especie de valor, una especie de conciencia de que también se está intentando transmitir algo que es importante, que es trascendente para los lectores.

Un torero no quiere que sus hijos sean toreros, ¿y un poeta?
Yo quiero que mis hijos sean lo que les dé la gana, quiero que sean felices. Si leen me parece muy bien, me encantará y si no leen y son felices pues también me encantará. Porque lo fundamental es que estén contentos en el mundo.

¿Son arman poderosas las palabras?CM: Yo creo que sí, poderosísimas. Armas, instrumentos. Quien logra manejarse con habilidad en su propio idioma lo que tiene en el fondo es una herramienta. Seguro que si habla bien es porque piensa bien, si piensa bien es porque habla bien y quien consigue estas dos cosas tiene posibilidades de vivir mejor, de ser mejor en el mundo.

¿Por qué deberíamos leer poesía? Convénzanos.
CM: Bueno pues porque quien no la lee se pierde algo enormemente interesante, enormemente emocionante, que puede significar un consuelo para los momentos de desdicha y puede significar también una forma de profundizar en la alegría, cuando está alegre y es una forma en definitiva de pasarlo bien. Yo creo que todos lo que queremos es disfrutar, es pasarlo lo mejor posible en la mejor de las compañías y no se me ocurre una compañía tan agradable como la de la poesía en ciertos momentos.


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