martes, 27 de febrero de 2018

Educación: alma y coraje


Con estas palabras Cossío infundía ánimo en la maestra María Sánchez Arbós en los momentos de decaimiento.
Con la palabra  "alma" le transmitía la necesidad de implicarse en la docencia con espíritu, coraje, entusiasmo, ilusión..., actitud, en definitiva. Estas cualidades son consustanciales a la vocación de maestro. Ayer, hoy y siempre.

 
En algunos momentos, pudiera parecer que la innovación tecnológica suple la labor docente, que la necesaria introducción en las aulas de ordenadores y tabletas hiciera menos necesaria la presencia del maestro o, al menos, le quitase protagonismo. Nada más lejos de la realidad. Los maestros, que llevan años bregando por modernizar las escuelas y por introducir metodologías para preparar a los alumnos ante los retos del siglo XXI, saben de sobras que, por delante de cualquier innovación que se quiera implantar, va siempre el maestro, el profesor, implicándose al cien por cien con sus cinco sentidos. Sin esta entrega, que implica una motivación intrínseca, un compromiso que trasciende el currículo, la empresa, sea cual sea, ni cala ni prospera.

 
Leer los artículos publicados en "Heraldo de Aragón", ahora recogidos en Crónicas de la vieja pizarra,  confirma una evidencia ya interiorizada hace tiempo,  que posteriormente la Neurociencia ha venido a corroborar: sólo se educa bien de corazón a corazón, trascendiendo los contenidos, haciendo aprendizajes significativos conectados a la experiencia, involucrando en el hacer, coeducando, trasmitiendo valores con el ejemplo vivo, afrontando retos, desarrollando la intuición y la creatividad, disfrutando también la sencillez de no hacer nada en ocasiones...

 
Todo esto, que aparece con diversas denominaciones en cursos y formaciones de todo tipo bajo la idea global de "Pedagogías del siglo XXI", eran las ideas pedagógicas que promovían y aplicaban los maestros de la República, influidos por la Institución Libre de Enseñanza. Renovaron la educación e introdujeron metodologías activas que ayudasen a pensar, a combinar la cabeza y el corazón, a través de magníficas experiencias, muchas recogidas en Memorias de la vieja pizarra
 
El corte que supuso la guerra civil y los largos años de la dictadura condenaron al olvido a estos maestros, así como sus logros. Incomprensiblemente, las sucesivas leyes educativas han legislado obviando un legado que es de justicia reconocer y difundir. En este sentido, Víctor Juan, director del Museo Pedagógico de Aragón, maestro hace más de 30 años y escritor apasionado, abandera  la recuperación de la memoria de la educación en Aragón, y por extensión en España, a través de estas semblanzas de escuelas y maestros, que destilan un hondo humanismo.

 
 
Como sociedad tenemos un valioso legado y nuestro compromiso debe ser mantener viva esa memoria para caminar, como ellos hicieron, hacia una educación cada vez mejor. Ante las dificultades, derivadas de las exigencias de la Administración educativa, la incomprensión social, los retos de la diversidad y multiculturalidad en el aula... , sólo cabe insuflar "alma", entusiasmo, fe en esta hermosa labor que, desde su humildad y sencillez, tiene un gran poder de transformación personal y social.

 

 
Próximamente, reflexionaremos con Víctor Juan sobre el sentido de la educación. Será en la Casa de Cultura, por medio del CECBAC, en la presentación del libro Crónicas de la vieja pizarra. Acompañaré a Víctor Juan, junto a un maestro muy querido, Miguel Vizcaya. Es una afortunada coincidencia haber reunido en esta tertulia que versa sobre educación a un buen maestro y a una alumna agradecida. Son estos momentos que nos hacen felices.

 
Créditos de las imágenes:
Acompañan las citas de Memorias de una vieja pizarra las sugerentes imágenes de Toni Demuro.

sábado, 24 de febrero de 2018

Ramón Acín es noticia estos días.

Paseo de las Pajaritas. Parque Miguel Servet, Huesca 
 
 

La charla que dará en nuestro centro el próximo jueves Víctor Juan en torno a Ramón Acín despliega nuestra curiosidad a todo lo que está relacionado con este intelectual. La emblemática escultura creada por él, que ameniza los paseos por el Parque Miguel Servet de Huesca, ya ha comenzado a darnos juego y le hemos hecho un hueco en clase de 2º Bachillerato.

 

Algo asombroso cuando tratamos un tema en clase es observar cómo está conectado a la vida más inmediata. Los medios de comunicación, con su inmediatez, corroboran que nuestro tema interesa, que es actual. Fijaos en estas noticias recientes (observad bien las fechas):

1) La DGA inicia el proceso para declarar Bien de Interés Cultural la escultura de Ramón Acín. En la página de la Fundación Ramón y Katia Acín podéis acceder al pdf  con las noticias relacionadas (16/02/2018).
 
2) Allí he descubierto este corte dedicado a las Pajaritas del documental "Tizas en los bolsillos. Ramón Acín, el incorregible hombre bueno" que está finalizando Emilio Casanova y que verá la luz en breve.
 
 3) También en la página de la Fundación de Ramón y Katia Acín descubro un especial de "El Mundo" (11/02/2018) donde se informa del próximo estreno en septiembre de la película de Luis Buñuel en la que colaboró Ramón Acín: Buñuel en el laberinto de las tortugas

La película está basada en el cómic homónimo de Fermín Solís publicado en 2008. Cuenta el proceso de producción de “Tierra sin pan”, película filmada por Buñuel en Las Hurdes en 1933 y en la que Ramón Acín colaboró en la producción y, sobre todo, la financiación.

Acín aprovechó, además, la estancia en tierras hurdanas para contactar con maestros de la zona con objeto de introducir el método Freinet en las escuelas. Uno de esos maestros era Maximino Cano, oscense que ya había conocido a Ramón muchos años atrás.



4) También es noticia la última publicación de Víctor Juan, "La caja de música", título que alude a la caja de Ramón Acín donde sonaba la melodía "La última rosa del verano", que acompañaba a Katia y Sol, recuperada de forma inesperada y fabulosa. (9/02/2018)

5) Pues bien, esa melodía, un fragmento de "Martha", la ópera de Friedrich von Flotow, abre la película galardonada en los recientes premios Bafta, "Tres anuncios en las afueras".(20/02/2018)


Cabe decir que esa banda sonora acompañó también la lectura de Por escribir sus nombres, obra que dedica a relatar la historia de dos maestros Ponzán (discípulo de Ramón Acín) y Palmira Plà (vinculada a Caspe a través de las colonias escolares).
 
¿No es una fantástica serendipia?
 
Víctor Juan vive esta historia como un conmovedor cuento; tanto es así, que todo parece mágico cuando se entusiasma con una historia. Y ya se sabe, una historia lleva a otra... 
 
 
 
 
 

jueves, 22 de febrero de 2018

Forges, en el corazón

 
Siempre me ha fascinado la facilidad con que Forges conseguía tomar el pulso a la realidad a diario en una viñeta gráfica. Donde otros necesitan explicarse en varios párrafos, con argumentos variados y sesudos, Forges lo despachaba en un par de trazos y las palabras certeras. Un atajo para llegar siempre más rápìdo, más lejos, infalible.

Fue un humanista en sentido amplio, sensible a todas las causas justas. Esa voz de la conciencia que no nos dejaba olvidar lo que los medios de comunicación apartaban de sus portadas inmediatas.
 
 
 
 
Imposible que sea parte del pasado quien se ha hecho un hueco en nuestra manera de pensar el mundo.
 
 
Sus viñetas sociales, reivindicativas, ácidas nos acompañarán siempre.
 
 
 
¿Cómo no "quitarse el cráneo" ante su virtuosismo con el lenguaje, su forma personal de reinventarlo?
 

 

En numerosas ocasiones hemos utilizado sus viñetas en clase o hemos apoyado una entrada en el blog con su mirada lúcida.




Así mismo, en el Facebook de nuestro blog tenemos reservada una carpeta para todas las viñetas recopiladas en torno a Cervantes y el Quijote.




Cuánto vamos a echar de menos su mirada sobre el mundo.







Desde esta ventana le declaramos nuestra profunda admiración por siempre. Gracias.





martes, 20 de febrero de 2018

Víctor Juan: "El maestro, lo que más importa"



Víctor Juan visita Caspe el próximo 1 de marzo para presentar Crónicas de la vieja pizarra Por la mañana, conversará con los alumnos de 2º de Bachillerato sobre Ramón Acín, un "humilde pedagogo"  incluido en esta obra al que admira profundamente.

"Ramón Acín fue un educador, un maestro de maestros que, además de enseñar Dibujo, mostró a centenares de estudiantes una manera de entender el mundo. Esto es lo que hacen los buenos profesores sea cual sea la disciplina que imparten".
(Crónicas de la vieja pizarra, Doce Robles, pág. 38)

 En 2007, Víctor Juan publicó Por escribir sus nombres, un "homenaje a las palabras en las que se deposita la memoria". En esta novela ya aparecen Ramón Acín, Concha Monrás, Evaristo Viñuales, Paco Ponzán y Palmira Plà,..., es decir, algunos de los nombres imprescindibles que cimentan el panorama de la educación en Aragón.

        "Ramón Acín era un símbolo por su condición de profesor, militante anarquista,    artista e intelectual comprometido. Y era un hombre bueno, como muchos hombres buenos que fueron asesinados" 
(Por escribir sus nombres, Prames, pág. 33)

“…Deseo que mis restos sean trasladados un día a tierra española y enterrados en Huesca, al lado de mi maestro, el profesor Ramón Acín, y de mi amigo Evaristo Viñuales”.
Testamento de Francisco Ponzán escrito el 27 de diciembre de 1943 en la prisión militar de Fourgolle (Toulouse).
«Cuentos de domingo» de Antón Castro, Heraldo de Aragón, 31 de diciembre de 2017
 
  
En la escuela, como dijo Cossío, lo importante es el maestro. No es de extrañar pues que las columnas publicadas en "Heraldo de Aragón",  recogidas en este volumen de Crónicas de la vieja pizarra, tengan como tema central los diferentes maestros que han dejado su huella humilde pero definitiva en la sociedad. El título de la conferencia que impartirá Víctor Juan por la tarde, invitado por el CECBAC, se inspira en las palabras del que fuera una de las figuras más representativas de la Institución Libre de Enseñanza.
 
En Por escribir sus nombres se menciona un hermosa melodía: "La última rosa del verano", que sonaba en la caja de música de Ramón Acín. Recientemente ha publicado también Víctor Juan, una historia extraordinaria, que da cuenta del proyecto que hizo posible recuperar esa canción, una victoria más contra el olvido: La caja de música
 
 


La caja de música de Ramón Acín
 
«La última rosa del verano» de José Luis Melero, Artes & Letras,
Heraldo de Aragón, 1 de febrero de 2018

 
En las páginas centrales del "Heraldo Escolar", bajo el epígrafe "De oficio, maestro",  Víctor Juan sigue dando protagonismo a docentes, a través de concienzudas entrevistas,  convencido de la capacidad transformadora de las palabras y de la fuerza que trasciende esta humilde profesión. Agradezco de nuevo desde estas líneas, el haber tenido un espacio para trasladar la tarea que hacemos, a veces ilusionados, a veces desbordados, pero siempre con "alma" desde el IES "Mar de Aragón de Caspe". 
 
En pocos días, tendremos la oportunidad de conversar sobre los retos que plantea la educación hoy en día y hacer un poco de luz con el modelo que representan las figuras que recupera Víctor Juan desde su compromiso por la educación. Estáis todos invitados a participar.  

miércoles, 14 de febrero de 2018

Mucho amor ...en clase de Lengua

¡¡Feliz día del amor y la amistad!!

 Por una vez, y sin que sirva de precedente, os felicito, no con poemas o lecturas de amor, sino con la parte de la asignatura que da pie a jugar con el lenguaje.

¡Espero vuestra complicidad y vuestro sentido del humor!
 

 

 

 
 
 
 
 
 

 

 
 



 
¡Participa enviando tus memes!!
 
YA SABES...

 
 

 
 
Os invito a leer un microrrelato curioso: "La sintaxis del amor". 

En todo caso, si hoy estáis muy muy románticos, no dejéis de consultar la etiqueta DÍA DE LOS ENAMORADOS de este blog. O la etiqueta POESÍA en la barra lateral. Seguro que no os defraudará.

 

martes, 13 de febrero de 2018

¿Para qué sirve la sintaxis?

 
En el marco de los retos diarios con que empezamos cada día nuestra clase de Lengua de 2º de Bachillerato, quiero compartir un artículo de opinión publicado hace unos años que ha reforzado el sentido que damos este curso a la gramática: una herramienta para detectar ambigüedades de la lengua, descubrir erratas, captar guiños,...Cada día mejora un poco más nuestra competencia lingüística, de forma que ya estamos casi convencidos de la utilidad de la sintaxis.
 
 
 
Reproduzco aquí el artículo del profesor de Literatura José Luis González publicado en "Culturas" ( Hoy.es el 6/05/14). Destaco en color las estructuras que nos han dado juego en clase, en la línea del la Gramática reflexiva orientada a competencias (GrOC):
 
"¿PARA QUÉ SIRVE LA SINTAXIS?"
"¿PARA qué sirven las abuelas? ¿Para qué sirve nuestra sombra? ¿Para qué sirve el ácido hialurónico? ¿Para qué sirve el café? ¿Para qué sirve la alabanza a Dios? ¿Y el vidrio reciclado? ¿Y un catedrático emérito de Estratigrafía, o hablar en ruso allá en Lubango, la capital de la provincia angoleña de Huíla? ¿Y para qué sirve el Senado ahora? ¿Y los logaritmos neperianos? ¿Para qué sirve poner normas de seguridad en un laboratorio de productos químicos? ¿Para qué votar en las europeas?
La Antropología se pregunta por qué vivimos bastantes más años de los que necesitaría la capacidad reproductora de nuestra especie. No todos los cachorros conocen a sus abuelos. Los seres humanos -y sus genomas- disfrutan de la generación que dio vida a sus progenitores. Afortunadamente. Los padres quieren abuelos y abuelas jóvenes que cuiden y quieran de cerca y despacio a sus nietos. Sirven. Siempre. Ayudan.
¿Pero para qué sirve la Sintaxis? «Para lo mismo que puede servir un crucigrama o un sudoku. Fundamentalmente para pensar. Analizar el idioma es hacer gimnasia mental para utilizarlo mejor, para escribir mejor, para expresar mejor, para comprender mejor. O sea, para mejorar». Respuesta de Álex Grijelmo, un periodista modélico, apasionado del idioma. También se piensa sentado ante un tablero de ajedrez. Y ante las películas de ocho apellidos como los de Allen, Kieslowski, Eastwood, Kubric, Lumet, Terrence Malick, Tarkovski o Erice o los ocho que quiera poner usted. También deja pensativo la poesía que traspasa las paredes del corazón. Y todas las esquelas. A algunos les remueven las entrañas las cotizaciones de Bolsa y su Íbex. A otros, los titulares de Deportes. A mí, mirar lejano el oleaje (desde que no fumo). La sintaxis ayuda a pensar. Entre otras razones, porque se ocupa del orden de las palabras. Un ejemplo: cualquier hispanohablante puede entender la diferencia de significado entre estas dos frases aparentemente iguales: «Compró caro ese chalet» y «Compró ese chalet caro». En una te engañan y en la otra estás forrado. No todos, sin embargo, aciertan a explicar gramaticalmente esas diferencias de sentido sutiles. Quien aprendió qué es un complemento predicativo y para qué sirve sabrá argumentarlo.
Lo Más
La Sintaxis, por tanto, sirve para pensar mejor, como los sudokus y los crucigramas, y también para jugar. ¿Qué prefiere: «gorras de viaje» o «viajes de gorra»? ¿Es igual de humano «Una menos vieja» que el despiadado «Una vieja menos»? Usted puede formar unas cuantas frases distintas cambiando el orden de estas nueve palabras: «Los socios que no vinieron ayer abonaron el importe». Varía la semántica si se altera la alineación de la frase. En plan gratuito: «Los socios que vinieron ayer no abonaron el importe». En plan selectivo: «Los no socios que vinieron ayer abonaron el importe». En plan tocateja para todos: «Los socios que no vinieron abonaron ayer el importe». En plan noticia y apremio: «Vinieron los socios que no abonaron el importe ayer».
Es cierto que -salvo al profesorado de Lengua-a un camarero o a una abogada, a casi ninguna dentista o a pocos policías o albañiles les exigen en sus trabajos analizar oraciones. Sí tendrán que sumar, multiplicar, viajar y dividir. Si ayudan a sus hijos con los deberes, puede que sí les toque enzarzarse con atributos y circunstanciales y hasta con criaturas como los sintagmas. Ante una parejita de frases formularias como esta, «La niña quiere la muñeca» y «La niña quiere a la muñeca», doña Sintaxis te da la cena y deja muchas puertas abiertas para reflexionar. ¿No servía para eso?
Habrá que reconocerlo: quien pregunta un porqué o un para qué no siempre reclama soluciones o respuestas, puede manifestar una actitud de rechazo. Yo aplaudo y secundo esas rebeldías. No me gustan los que se quejan pero sí quienes protestan. Aunque algunos quieren que la única respuesta sea el tesoro del bienestar. «A veces hay que romper las normas para aclarar las cosas», suelta un personaje de 'Las normas de la casa de la sidra'. Los temporeros que recolectan las manzanas se niegan a cumplir las reglas porque las impusieron sin preguntar a los inquilinos.
La Sintaxis permite darles vueltas a las cosas. «Todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias». Cortázar. Para eso también sirve, por supuesto. El bienestar se refugia en «Haz las cosas interesantes». Los apasionados prefieren el «Haz interesantes las cosas». Más vale. Vale más."
 

lunes, 12 de febrero de 2018

¿Se puede disfrutar con la gramática? Cuando la gramática reflexiva se hace reto.

 
 
La nueva prueba de acceso a la Universidad (EvAU) que preparamos este curso, por fin, contempla dentro del aula una gramática reflexiva orientada a las competencias (GrOC), lo que permite disfrutar en clase con la gramática.
¿Pero eso es posible?
 
Claro que se puede. La gramática bajo este prisma aparece conectada a los usos y su reflexión aboca al alumno a diferentes significados asociados a propuestas diferentes de análisis. El análisis, por fin, parece cobrar sentido. Los alumnos empiezan a mirar al profesor de Lengua, no como un freake, sino como un lógico, alguien que dota de sentido a  aparentes ambigüedades, que construye desde estructuras a priori imposibles frases coherentes, que dirime entre pares mínimos y a veces justifica por qué uno de ellos es inaceptable, un verdadero disparate o un mal chiste...
 
Más aún, mucho mejor, y ahí está lo verdaderamente divertido: el profesor de Lengua les plantea retos diarios que deben resolver en unos minutos, al comienzo de la clase, calentando motores.
 
Educando su mirada crítica, los propios alumnos aportan sus muestras extraídas de titulares de prensa, anuncios publicitarios, lecturas, subtítulos de programas de televisión:
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Entre todos, vamos creando un corpus que nos hace más conscientes de nuestros propios usos, más críticos con las erratas que se cuelan en los medios de comunicación, más reflexivos, más conscientes, ... En definitiva, casi sin darnos cuenta, nos descubrimos más competentes en nuestra lengua, que es el objetivo prioritario.
 
 
Al final, va a resultar que la sintaxis es útil. 😉
 
 
 
Si queréis ver diferentes propuestas, no os perdáis el material que José Antonio García (IES Avempace) ha preparado.
 
¡Y no te pierdas el tablero de Pinterest de ENCUENTROS EN LA TERCERA FRASE dedicado a la Gramática reflexiva!¡O el álbum de Facebook!
 
¡Todos estáis invitados a participar!


jueves, 8 de febrero de 2018

"Contar la vida en cursos", Víctor Juan

Imagen: Toni Demuro


Los profesores cambiamos de año con la extrañeza que nos da saber que nuestra vida se cuenta por cursos escolares, nunca por meses de calendario. Víctor Juan, con más de 30 años a pie de aula, reflexiona sobre el milagro repetido de empezar curso con renovadas ilusiones(pdf).
 
"De la misma manera que hay quien cuenta la vida en legislaturas, en campeonatos de liga, en pascuas militares o en ejercicios fiscales, los maestros cuentan la vida en cursos. Los distintos destinos en donde han trabajado son hitos en una larga carrera profesional que les permiten situarse en el espacio y en el tiempo. Y en esas coordenadas recuerdan a las personas con las que compartieron las ilusiones, la tristeza de los días tristes, la esperanza y los sueños de un futuro mejor. Pasa el tiempo muy suave y un día uno cae en la cuenta de que hace treinta años que empezó a dictar dictados, que se han pasado diez desde que dio clase en tal escuela o que aquellos niños que un día fueron sus alumnos ya solicitan plaza escolar para sus hijos.

 Durante estos primeros días de la vuelta a la escuela a los maestros se les amontonan en la memoria el nerviosismo y la incertidumbre de cada septiembre porque empezar un curso es, en realidad, volver a construir un mundo menudo de palabras y complicidades en el que los niños y los maestros van a encontrarse. El aula se llena de escolares nuevos y los maestros harán el milagro de mirarlos a todos, de entenderlos, de preguntarse qué es lo mejor para cada uno de ellos. Y frecuentemente lo harán con pocos recursos, escasos apoyos y sin obtener otra recompensa que la que procura la satisfacción por el trabajo bien hecho. Lo harán porque son maestros. Marguerite Yourcenar escribió en ‘Alexis o el Tratado de inútil combate’: «No es difícil albergar pensamientos admirables cuando están presentes las estrellas. Es más difícil guardarlos intactos durante la pequeñez de los días». Esto es justo lo que hacen los maestros. Trabajan un día tras otro, contando la vida en cursos, en la pequeñez de los días, lejos de la luz de las estrellas.
 
El arte de perder el tiempo 
 

En un mundo tecnológicamente mediado como en el que vivimos es más urgente que nunca recuperar la mirada propia sobre la realidad o lo que es lo mismo tener una teoría personal sobre las cosas, rescatar nuestra mirada secuestrada en las pantallas. Ahora que parece que todo es instantáneo y efímero, quizá uno de los objetivos que deberían proponerse los maestros sea enseñar a los niños a leer reposadamente, animarles para que descubran el placer de pensar mostrándoles el maravilloso mundo de las ideas, invitarles a mirar las copas de los árboles o a desentrañar el secreto que susurra a su paso el agua del río, que no es otra cosa que su propio pensamiento. Para hacer realidad estos propósitos, lejos del activismo hueco y estéril que tantas veces nos distrae de lo importante, los niños han de aprender a no hacer nada y los profesores, como diría la maestra María Sánchez Arbós, deben cultivar el arte de perder el tiempo porque quizá esa sea la única manera de ganarlo definitivamente. Y de vez en cuando, si un niño pregunta qué hago ahora, el maestro haría bien en contestarle: «Nada, no hagas nada. Mira por la ventana. Siéntate y sueña».


Imagen: Toni Demuro

 
(VÍCTOR JUAN: Crónicas de la vieja pizarra,ed. Doce Robles, págs. 48-49)