domingo, 21 de octubre de 2018

III Congreso Aragonés de NeuroEducAcción




Programa del III Congreso de NeuroEducAcción
 
Más de 120 docentes hemos dedicado buena parte del fin de semana, el equivalente a dos jornadas laborales, a formarnos sobre Neuroeducación. Por tercer año consecutivo, hemos vivido intensamente los aprendizajes y los hemos incorporado un poco a nosotros. De alguna forma, no salimos igual que entramos en este congreso.
Imposible resumir en esta entrada todas las vivencias, que han sido diversas, en el ámbito intelectual, emocional, físico y social;  una efervescencia de ideas que hacen interiorizar aspectos clave de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Una quisiera apresar todo y llevarlo a su centro, contagiarlo, con la misma pasión con la que lo ha vivido y disfrutado. Pero no es posible, sólo cabe esperar a la próxima edición para ser parte de esto.

El III Congreso fue inaugurado por Ignacio Morgado Bernal, catedrático de Psicobiología y director del Instituto de Neurociencias en la Universidad Autónoma de Barcelona, quien nos ofreció “Diez sugerencias prácticas para mejorar el aprendizaje y la memoria”.

 

Tres ideas clave, no por conocidas siempre atendidas, constituyen la base: una correcta alimentación (evitando grasas saturadas), un  sueño reparador  y ejercicio físico (aumenta la vascularización, la llegada de sangre a las neuronas) son imprescindibles para facilitar el aprendizaje y la memoria.
 

Tal como reza el título de su charla, ofreció diez estrategias válidas para todos los niveles educativos. De entre todas ellas, destacó especialmente la necesidad de introducir los exámenes orales, pues inducen a la comprensión de lo que se debe aprender. Y es que la simple memorización no es sinónimo de aprendizaje, como la experiencia personal y docente nos revelan.
Todos los asistentes tuvieron ocasión de participar en cuatro talleres, divididos en cuatro grupos: Grupo Emoción, Grupo Atención, Grupo Curiosidad y Grupo Motivación.

1)”Un gesto, una mirada, una palabra”, por Ferrán Trinidad.
A través de dinámicas y  juegos pudimos comprobar cómo la educación condiciona nuestra mirada.  Necesitamos eliminar el juicio, los prejuicios, y ganar empatía si decidimos enseñar.

Ferrán Trinidad
 
Aprendemos con todo, no sólo con el cerebro. Todo nuestro cuerpo necesita estar consciente en el proceso. Diferentes prácticas facilitaron la toma de conciencia necesaria para introducir cambios en el aula.

¡Qué sorprendente ha sido sentirnos parte de un sistema que se regula solo! El trabajo colaborativo tiene que darnos muchas sorpresas todavía.

2)”Potencia tus clases con realidad virtual y Google Expeditions”, por Alisa Linarejos, formadora de docentes en Ieducando.
Este taller nos acercó al potencial de la realidad virtual, a través del aprendizaje inmersivo.  Como muestra, dimos paseo por el interior de un volcán, por el interior de la tráquea y por el monasterio de Veruela, sin movernos de la sala.

 
Google Expeditions es apta para el alumnado de todas las edades. Más de 800 expediciones de realidad virtual y más de 100 en realidad aumentada ya están disponibles: monumentos, accidentes geográficos o el interior del cuerpo humano, entre otros.

3) ¿Trabajamos las funciones ejecutivas en el aula?, impartido por un grupo de docentes con Posgrado en Neuroeducación.
Durante las dos horas que duró el taller pudimos descubrir cuáles son, cómo trabajarlas mediante el juego, la enseñanza artística, la educación emocional y la actividad física.
Actividad frenética en la que cada subgrupo participó en un cuadro colectivo, realizó un “scape room”, abrió la caja de las emociones y sorteó las minas de un circuito peligroso en grupo.
 
Para finalizar, cada grupo dejó sus reflexiones en un mural:
 


4) “Educar el conducir al co-razón, cómo acompañar al alumnado en un viaje a lo mejor de sí mismos”, por José María Toro.
Para este docente el maestro debe inspirar, por lo que el descanso es crucial en la tarea docente. El profesor debe recomponerse en este descanso y ofrecer su presencia al alumno. Sólo desde ese estado se produce la escucha activa en el aula y el profesor puede sentirse inspirado para dar lo mejor de sí.

Frente al deslumbramiento de las tecnologías y las modas pedagógicas, centradas en el cómo, reivindicó el por qué y el para qué de la actividad docente, invitando a revisar el sentido de las programaciones didácticas y su utilidad en el crecimiento del alumnado. Apostó por una escuela de experiencias, en lugar de una escuela de actividades. La creatividad debe ser un indicador de crecimiento, de vida, por ello es importante que las programaciones sean flexibles y se adapten a situaciones diversas y cambiantes.

José María Toro
 
Puso en el centro la educación emocional y con ella la enseñanza de la respiración como estrategia para acceder al espacio personal  y liberar las emociones insanas.  

En definitiva, desestimó la función de la educación como simple transmisora de informaciones , que tiene los días contados, y reivindicó una educación en la que cada uno pueda reconectarse con su esencia.
El Congreso terminó con una charla de este mismo docente, "El corazón, un continente pedagógico por descubrir", en la que pudo insistir en estas ideas y hacerlas llegar también a familias y alumnos, que participaron también en el Congreso (I Congreso Neurofamilias y I Congreso Neurojóvenes)

Varios colegios e la provincia de Teruel  mostraron sus buenas prácticas en pequeñas intervenciones sugerentes, englobadas en la idea "Pechakuchas". Su lema, "más que teoría, Acción".




 
Para finalizar, los niños y jóvenes asistentes ofrecieron su versión de “The wall”, de Pink Floid, reivindicando una escuela más lúdica y participativa.
 

En el centro del aprendizaje el maestro se erigió como figura fundamental,  por encima del método, del manual o de la tecnología.  Reproduzco el vídeo “Custodios de la llama” con el que se cerró la ponencia de José María Toro.
  

 
 
 
Como decía Aristóteles, "Educar la mente sin educar el corazón no es educar en absoluto".
 

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