Abordamos otro comentario de texto. Hace tiempo que se publicó en prensa, pero el tema sigue vigente, como podréis comprobar.
"Ya ha pasado el día internacional de
la mujer. Si se escribe con mayúsculas aún se ve más trascendente. Miren si no:
Día Internacional de la Mujer. Todos estamos de acuerdo. Todos queremos equipararnos.
Nosotras y vosotros. Pero es imposible mientras el sistema de selección laboral
siga siendo el mismo. Los puestos de trabajo no discriminan por el sexo,
faltaría más, pero las pruebas valoran características masculinas como la
agresividad y el análisis en lugar de valorar la intuición, la empatía o una
manera de pensar más panorámica y menos obsesiva, propia de las mujeres. Pero
yo voy a otra cosa,
No
hace mucho, Eva Hache entrevistó al genial Saramago en La noche Hache. Yo, que soy admiradora de Eva desde sus monólogos
en la Paramount Comedy, y ando enamorada de Saramago desde que lo vi en un
aeropuerto correr hacia su mujer para besarla con denuedo y ansia, me senté a
ver la entrevista. El caso es que, entre risas y chistes de uno y otro,
Saramago dijo algo que yo dejé en manos de Eva. Pero el tiempo pasa y no veo
que la televisiva Eva haga uso de la idea saramagoniana. Así que una servidora
la transcribe en este periódico, que es conocido por el mundo mundial. Dijo
Saramago, mi amor, respondiendo a una risita inquietante de la inquieta Eva:
“Las mujeres no han de hacer nada contra la violencia sexista. Son los hombres
los que han de hacerlo. Ellos han de salir en manifestación, aquí y allá. En
Madrid, en Barcelona, en Sevilla, en Lisboa, por todo el mundo. Los hombres han
de llenar las calles, diciendo No a la
violencia contra la mujer. Han de salir día tras día. Verá que cada vez se
van añadiendo más hombres, de todas las cataduras, de todas las clases
sociales. De tal manera que quien no salga empezará a sentirse señalado. Las
mujeres sólo tenéis que mirar desde los bordillos, desde los balcones y
ventanas. Todo lo más, si alguna quiere, será echar flores”.
Eso
dijo Saramago, mi amor, con su acento lisboeta, entre dulzón y picaruelo. Eva
Hache abrió más los ojos, si cabe, y la boca, y todos nos reímos. Saramago, mi
amor, parecía un hombre, una mujer y un niño. Lo normal en un genio. Como digo
arriba, esperé y esperé a que brotara la idea que sembró el genio y como veo
que no brota, desde esta columna me hago su vocera: Salid, hombres, a la calle.
A media tarde, dejad vuestra ocupación, sea la que fuere, y salid en silencio,
con un movimiento denso y callado, como de hormiguero, o de desmoronamiento de
arena. Proclamad desde vuestra presencia unánime, basta ya de violencia contra
la mujer. Nosotras sabremos mirar calladitas, radiantes y modosas, para que ni
curas ni imanes puedan decir ni mu acerca de la lengua femenina. Palabra de
mujer"
( Luchy Núñez, en Metro 23/03/2005)
Toni Demuro |
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