martes, 29 de marzo de 2022

El efecto de inmersión en "La fundación"

 

Imagen: Gema Aguasca

"Alguien está fuera de lugar. O ellos, o Tomás con nosotros. Alguien ha engañado a alguien. De aquí arranca la tragedia: la búsqueda dolorosa y perpleja de qué cosa sea la verdad de una realidad que nos está enviando mensajes contradictorios. Y en esa búsqueda Buero nos ha metido a todos, ya desde el primer instante, pues sólo vemos por los ojos de Tomás, sólo vibramos con sus alegrías, sólo nosotros, con él, vislumbramos la inmaculada belleza de Berta.

Buero ha conseguido lo que buscaba: obligarnos a plantearnos el problema de la verdad del mundo. A partir de ese momento, vamos a empezar a cuestionar determinadas actitudes de Tomás, algunos detalles no explicables a primera vista de tan leal Institución (...)     Y empezamos a recordar: pertenecemos todos al mismo mundo. Un mundo en el que son incontables las veces, infinitas las circunstancias injustas que han pasado justo a nuestro lado, a veces hasta salpicarnos.

Y hemos vuelto la cabeza, para no ver, porque no estábamos seguros de resistir su visión sin estallar. Y era más cómodo callar. Ante nuestro silencio cómplice han convertido este mundo nuestro en un inmenso campo de concentración, en el que también nosotros estamos. Nuestra inacción les proporciona fuerza. Y hemos sido todos. Ahora lo entendemos: el rencor, la venganza, la desconfianza entre nosotros mismos les da alas a su impunidad".

    (Antonio Iniesta Galván, Esperar sin esperanza. El teatro de Antonio Buero Vallejo.Murcia, Universidad, 2002, pp. 312-313)


Para saber más: Wikimpace

3 comentarios:

  1. Cuando leí "La Fundación" tuve un pensamiento debido a ver la historia desde el punto de vista de Tomás. Me pregunté si inventarse un mundo paralelo como el suyo es tan malo como lo plantean en el libro. Después de todo ayudó a Tomás a no suicidarse.
    Pienso que la irrealidad nos puede ayudar a superar situaciones duras, como le pasa al protagonista. Él utiliza su imaginación para crear un mundo paralelo y, en última instancia, para evadirse de la realidad y olvidar que está condenado a muerte.
    Quizás no haga falta crear una realidad completa, simplemente con idealizar la vida ya se hacen más llevaderas las dificultades. Tampoco hay que renunciar a la verdad, sino utilizar una perspectiva de ella subjetiva como resguardo de los problemas. Por ejemplo, cuando miro a través de una ventana mientras llueve y siento que estoy en una película.
    De esta forma yo encuentro una motivación para no rendirme ante los contratiempos y una manera de ver la vida más bonita.

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  2. La lectura de este tercer trimestre ha sido “La fundación”, una obra de teatro curiosa y quizás difícil de entender al principio. Yo en cuanto empecé a leerla me metí en la piel de Tomás, el protagonista. Desde su punto de vista todo parecía fácil hasta que me di cuenta de que este tenía una forma de ver las cosas muy diferente a la del resto.
    Él se engañaba a sí mismo de forma inconsciente para evitar la dura realidad que estaba viviendo, estar en la cárcel condenado a muerte.
    Hay que tener en cuenta que no te puedes olvidar por completo de las verdades y de las realidades en las que vives.
    Esta lectura me ayudó a darme cuenta de muchas cosas. Por ejemplo, desde mi punto de vista, te hace reflexionar sobre las distintas visones de la vida y te ayuda a encontrar cuál sería la más correcta en cada momento o situación en la que te puedes encontrar hoy en día.
    En conclusión, la forma de ver la vida influye mucho en nuestras maneras de actuar o de pensar. Las formas de ver la vida de los 5 personajes principales de la obra eran muy diferentes entre ellas y eso era lo que me hacía estar pendiente del pensamiento de cada uno de ellos.

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  3. La fundación es un libro un poco atípico, pues a través de la mirada de un personaje vamos descubriendo poco a poco la verdadera realidad, al ritmo que marca un personaje concreto con el que el espectador se identifica, Tomás. Con el efecto de inmersión, el público no sabe más que el personaje, sino tanto como él. Va descubriendo la verdad al mismo tiempo que el protagonista.
    Al principio de la lectura todo nos parece normal, la visita que recibe Tomás de Berta, de los encargados, camareros… Pero conforme vamos avanzado, nos encontramos un poco confusos, pues no sabemos muy bien qué está pasando, si lo que es verdaderamente real es el concepto que tiene Tomás sobre La Fundación o es el concepto del resto de personajes que viven con él. Hasta que descubrimos, que el lugar donde se encuentran los personaje es una cárcel. La locura de Tomás crea, al principio de la tragedia, la Fundación, a Berta, la comida, objetos de lujo… Después, todo cambia y los objetos, el espacio, todo adquiere un sentido nuevo y desolador.

    Después de esta lectura, me he planteado que hay veces que es mejor estar en nuestro mundo imaginario, en nuestra Fundación, donde nos olvidamos de los problemas reales de nuestras vidas, ocultando la verdadera realidad.

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