jueves, 4 de junio de 2009

Plagio


Vía Papel en blanco me entero de que a J. D. Salinger le ha salido un listillo que aprovechando el tirón de El guardián entre el centeno (novela de culto entre adolescentes de varias generaciones que después de 58 años sigue vendiendo 250.000 ejemplares anuales) ha optado por publicar la segunda parte. La obra, titulada 60 Years Later: Coming Through the Rye (‘60 años después: llegando a través del centeno’) aparece firmada con el seudónimo J.D. California.


Me parece una de esas casualidades oportunas, pues hoy veíamos en clase la segunda parte apócrifa de El Quijote. También con seudónimo, un tal Alonso Fernández de Avellaneda se adelanta a Cervantes y publica en 1614 un libro titulado Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. La obra se presentaba con una continuidad perfecta con su antecesora: "contiene su tercera salida: y es la quinta parte de sus aventuras". Este falso Quijote es literariamente mediocre y caracteriza a los dos protagonistas de forma simplona, como un loco rematado a Don Quijote y como un rústico desagradable a Sancho.


El autor de El guardián entre el centeno ha optado por reclamar por la vía judicial. Más habilidad demostró Cervantes en la forma en que contestó al impostor, pues introdujo la crítica a esta obra en la segunda parte de su novela publicada en 1615 en boca de personajes que habían leído la novela y podían comparar con los "auténticos" Don Quijote y Sancho. Así mismo incorporó cambios en la trama para reafirmar la independencia de criterio del verdadero autor.

"—Yo —dijo don Quijote— no sé si soy bueno, pero sé decir que no soy el malo. Para prueba de lo cual quiero que sepa vuesa merced, mi señor don Álvaro Tarfe, que en todos los días de mi vida no he estado en Zaragoza, antes por haberme dicho que ese don Quijote fantástico se había hallado en las justas desa ciudad no quise yo entrar en ella, por sacar a las barbas del mundo su mentira [14], y, así, me pasé de claro a Barcelona [15], archivo de la cortesía, albergue de los estranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos [16] y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en belleza, única; y aunque los sucesos que en ella me han sucedido no son de mucho gusto, sino de mucha pesadumbre, los llevo sin ella, solo por haberla visto. Finalmente, señor don Álvaro Tarfe, yo soy don Quijote de la Mancha, el mismo que dice la fama, y no ese desventurado que ha querido usurpar mi nombre y honrarse con mis pensamientos. A vuestra merced suplico, por lo que debe a ser caballero, sea servido de hacer una declaración ante el alcalde deste lugar de que vuestra merced no me ha visto en todos los días de su vida hasta agora, y de que yo no soy el don Quijote impreso en la segunda parte, ni este Sancho Panza mi escudero es aquel que vuestra merced conoció.

—Eso haré yo de muy buena gana —respondió don Álvaro—, puesto que cause admiración ver dos don Quijotes y dos Sanchos a un mismo tiempo tan conformes en los nombres como diferentes en las acciones; y vuelvo a decir y me afirmo [17] que no he visto lo que he visto, ni ha pasado por mí lo que ha pasado."
(Quijote II, cap. 72, vía CVC)

Puedes leer más sobre el Quijote apócrifo en este enlace: http://jamillan.com/quijap.htm

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