La fundación, de Antonio Buero Vallejo, plantea el conflicto entre la realidad y la ficción. Esta dicotomía ya fue tratada por Cervantes en Don Quijote de la Mancha o por Calderón de la Barca en La vida es sueño.
Vamos a explorar un poco las sugerencias barrocas de esa incapacidad del ser humano para discernir entre la realidad y la apariencia.
¿No os parece que nuestra época es muy barroca en ese sentido? ¿Hasta qué punto damos credibilidad al juego de apariencias y espejos de nuestras múltiples pantallas mientras la realidad se oculta o se diluye? Vivimos en un mundo de imágenes, quizá en un mundo paralelo, tan dormidos como esos personajes que creen que sus fantasías son reales.
Reproduzco aquí el segundo monólogo de Segismundo, donde se cuestiona qué es la realidad, ya que no conoce sino la celda en la que ha sido confinado desde que nació. Un día es puesto a prueba y puede salir a disfrutar el mundo real, pero es todo tan extraño que, al volver a su celda, todo le parece un sueño.
"Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!)
¡que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende;
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños sueños son".
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Las personas pensamos que todo lo que vemos y sentimos es real, pero la verdad es que muchas veces no. El ejemplo más simple son las "fake news".
ResponderEliminarNosotros nos las creemos porque parecen muy reales y, en la mayoría de casos, carecemos de la información necesaria para rebatirlas. Pero, en realidad no lo son, y no lo sabemos hasta que otro medio o persona más confiable nos dice otra cosa. En verdad nosotros nunca sabremos con certeza si conocemos la verdad o no, simplemente nos creemos lo que otras personas dicen porque nosotros no sabemos nada. No sólo con las noticias, incluso también con nuestra propia realidad. Aunque veamos lo que pasa a nuestro alrededor, ¿cómo sabemos que eso es verdaderamente la realidad? Tal vez simplemente sea fruto de nuestra imaginación, y no nos damos cuenta hasta que otra persona nos dice lo contrario.
Esto es exactamente lo que pasa en La Fundación. Tomás, si no fuera por sus compañeros, no conocería la verdad, y seguiría viviendo en esa fantasía. Por eso la realidad nunca es lo que creemos, la realidad es un mero sueño.
“Y los sueños que son”, hace una reflexión sobre los sueños, ¿Son los sueños apariencia o realidad?, ¿Por qué soñamos con los que nos pasa en la vida real?, estas son preguntas que siempre nos hemos hecho. Yo no sé si los sueños tienen parte de realidad y parte de ficción, pero sí sé que cuando sueñas muy profundamente no puedo distinguirlo, estoy soñando y creo estar despierto. Igual también sucede al revés, creemos estar soñando pero en realidad estamos despiertos. Vivimos en un mundo en el que es difícil diferenciar entre la verdad y la mentira, la apariencia y la esencia, los sueños y la realidad.
ResponderEliminarPor ejemplo Tomás en la Fundación o Quijote en El Quijote, ellos no viven una vida real, pero están tan inmersos en sus sueños, en la apariencia, que a ellos les parece la realidad, por muchas veces que se les repita lo contrario, lo que ven por sus ojos no cambia.
Además hace una comparación de los sueños y el mundo de las pantallas en el que vivimos. A través de las pantallas solo vemos apariencia no realidad, al igual que en los sueños, trata de decir que estamos alejados de la realidad, ya que esta sucede en el mundo real, en el de las personas y no en el de las pantallas.