sábado, 20 de abril de 2019

Al encuentro de nuestro libro


Joel Robinson
 

Es bien sabido que la relación apasionada del lector con determinados libros, esos que dejan huella especial en él y remueven su pensamiento y su fantasía disparándolos hacia derroteros inesperados, está condicionada por las circunstancias personales que rodean al encuentro. De hecho, conocemos a muchos lectores que, antes de recomendar un libro que les ha impresionado, nos cuentan con deleite la historia de cómo se toparon con él, historia ya ligada de forma inseparable a los comentarios provocados por su lectura. Generalmente, como ocurre en la recapitulación de una aventura amorosa, lo que ponen de relieve estos narradores es el acontecimiento como estímulo. Notan que les ha pasado algo diferente, que han descubierto la voz de un amigo nuevo y al mismo tiempo de toda la vida. Pero, más que nada, que les ha llovido de no se sabe dónde para sacudir la apatía y quebrar la soledad de unas horas desaprovechadas, átonas, sin horizonte. El deslumbramiento del lector ante ese texto que cae en sus manos milagrosa y casualmente, en el momento más oportuno para recibirlo, proviene de eso: de que le ha hecho sentirse destinatario y cómplice de un mensaje que se diría dedicado en exclusiva a él, que se adapta como un guante a su piel de ese día.


Carmen Martín Gaite: Desde la ventana (Espasa Calpe).

El Día del Libro, los lectores afortunados que rondamos por las ferias y casetas, esperamos toparnos con ese libro que nos habla sólo a nosotros. Sin duda,los libros que están predestinados para que los encontremos buscarán la forma de llamar nuestra atención y los reconoceremos.
Hay algo mágico en el momento en que nos sentimos receptores escogidos por un libro, por una película, una canción, un cuadro.  Te invito a compartir tu vivencia en los comentarios, si alguna vez te has sentido así de especial, como comenta Carmen Martín Gaite en el fragmento seleccionado.
Joel Robinson
 


 

6 comentarios:

  1. La relación que establecemos con los libros depende de la situación personal en la que estemos inmersos. No todos conectamos con un mismo libro de la misma manera, a unos puede impresionarlos, mientras que a otros les puede parecer indiferente. De la misma manera esto depende del momento vital que esté atravesando cada persona, llegando a hacernos sentir destinatarios de la historia, como si fuésemos el protagonista. Esto se debe al gran efecto que un montón de palabras ejercen sobre nosotros, al efecto de una historia, que a pesar de no ser la nuestra, nos atrapa en un mundo paralelo.
    El Día del Libro es el día en el que los autores salen a las calles para conocer a sus lectores, aquellos que han querido ser parte de su historia.

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  2. He tenido la suerte de sentir esa sensación varias veces en mi vida, esas ganas incontrolables de acabar un libro y a la vez el deseo de que nunca se acabe. Guardas con el libro una conexión muy especial y única que solo tú eres consciente. Tengo el recuerdo de terminarme un libro e ir corriendo a recomendárselo a mis más allegados pensando que les iba a pasar lo mismo, les ha podido gustar a algunos más y a otros menos, pero aún no me he encontrado con alguien que me dijera: si, mira me ha pasado lo mismo. Es algo tan único que solo te puede pasar a ti porque has estado justo en ese momento y con otras circunstancias muy diferentes a las de los demás.

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  3. La conexión que estableces con un libro (o saga) que te llega al alma es algo indescriptible. En mi caso, he tenido la suerte de sentir esa conexión en repetidas ocasiones, sobre todo siendo más joven. El hecho de que los sentimientos que puedes llegar a tener al leer una saga como la de Harry Potter con diez u once años se sigan manteniendo con casi dieciocho es algo mágico que valoro con gran entusiasmo. Carmen Martín Gaite describe estas y más sensaciones en este texto, haciendo que muchos lectores nos sintamos identificados con ellas. Esas horas que nombra como “átonas” o “desaprovechadas” han sido transformadas en apasionantes y muy entretenidas por buenos libros. Unas horas que muchas personas considerarían una pérdida de tiempo, viendo la situación cultural actual. En definitiva, haber sentido la conexión con los personajes de un libro o habernos sentido identificados con ellos es algo mágico de verdad. Solo espero que mucha más gente en un futuro muy próximo llegue a sentir esta misma sensación.

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  4. La sensación de conexión recíproca que puedes llegar a sentir en el momento en el que lees un libro puede llegar a ser tan satisfactoria como placentera. Yo, gracias a Dios, he tenido la suerte de sentir esa misma sensación unida a un cosquilleo interno por el deseo de continuar la lectura infinitamente. Sinceramente, me parece asombrosa la capacidad que pueden tener los libros, para algunos un simple trozo de papel, para penetrar en nuestros pensamientos y hacer volar nuestra imaginación. Además, tal y como dice Carmen Martín Gaite, en ocasiones, sentimos ese impulso de contar un contexto o circunstancias personales junto a una recomendación de un libro. Es mi opinión, esto es causado porque quizás queremos que esa persona llegue a sentir esa conexión lector-libro tan placentera que nosotros llegamos a sentir. Definitivamente, los libros y sus historias están muy presentes en nuestras vidas, aunque, por desgracia, hoy en día parece estar perdiéndose la lectura como entretenimiento.

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  5. Los libros que de verdad dejan huella en ti son únicos. Pero puede que no lo sea para otras personas debido a sus circunstancias o diferentes emociones.
    Cada vez que encuentras un libro de este tipo, cuando lo lees, vives la historia como un crío, te emocionas con ella. Sin ir más lejos, con ocho o nueve años leí un libro de aventuras de cuyo nombre no me acuerdo, pero que recuerdo a la perfección debido a la huella que dejó en mí. Esperaba que pasara todo el día con ansias para que llegara la tarde y poder seguir leyéndolo y ser como un personaje más en esa pequeña historia.
    Este sentimiento yo creo que es inexplicable y solo lo entiende la gente que de verdad le ha pasado. Esa atracción por el libro, que te lo leerías una y otra vez y lo seguirías disfrutando. No es fácil encontrar libros como este, pero cuando lo encuentras descubres de verdad tu pasión lectora.

    Marcos Mustieles

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  6. En algunos momentos de nuestra vida, la mayoría de las personas hemos experimentado gran deleite e intromisión en la lectura de un libro. Cómo si de algo mágico se tratasen esas líneas impregnadas de cultura, ha caído en nuestras manos, y bien atraídos por su título, su autor o su portada parece que está hecho a nuestra medida, encaja en nuestra vida como un traje exclusivo diseñado por un modisto. Engancha, sorprende y encuentra en nosotros el gusto por leerlo de tirón, donde el tiempo se detiene y nuestra vida también, quedando atrapados en la magia de todo lo que ese libro pueda transmitir, enseñar e incluso lo que podamos llegar a fantasear tras su lectura.

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