¿Sabías que la palabra “crisis” ha sufrido un cambio
semántico? La consecuencia de este cambio ha sido una restricción de su
significado. El Diccionario atribuye a esta palabra el significado de un
“cambio brusco -para bien o
para mal- en el curso de una enfermedad o de procesos físicos, históricos o
espirituales”. Observad cómo la palabra ha perdido en el camino la
connotación positiva que tenía para limitarse a designar solo sus efectos
negativos, según el uso reiterado que hacen de ella principalmente los medios
de comunicación y, por extensión, la
sociedad en general.
Si ninguna palabra es inocente, en virtud de las
connotaciones (que son como capas de una cebolla que se superponen a las
palabras y a veces la hacen más bella y sugerente,
otras la contaminan con clichés o prejuicios varios), convendréis conmigo en
que no es lo mismo pensar que de esta crisis nace la oportunidad de diseñar
algo nuevo y no necesariamente peor, a pensar que estamos abocados al desastre
más absoluto.
Al principio, recordaréis que la palabra intentaba negarse y
evitarse. Surgieron así eufemismos de sustitución que eludían y enmascaraban la
realidad.
En la página Materiales de lengua.org ( de las profesoras Lourdes
Domenech y Ana isabel Romeo ) nos han preparado esta estupenda presentación que permite repasar muchos de los conceptos abordados en
el estudio del Nivel léxico-semántico de la lengua. Neologismos como “indignado”, “perroflauta”, “hipoteca/vivienda/comida… basura”
o “burbuja inmobiliaria”, entre otros, son analizados desde una perspectiva
lingüística y completan la explicación teórica del tema, acercando la lengua a
vuestra experiencia inmediata.
Para saber más (Materiales
de Lengua):
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