lunes, 2 de abril de 2012

Había una vez un cuento que contaba el mundo entero

Cartel del Día Internacional del Libro Infantil




"Había una vez un cuento que contaba el mundo entero. Ese cuento en realidad no era uno solo, sino muchos más que empezaron a poblar el mundo con sus historias de niñas desobedientes y lobos seductores, de zapatillas de cristal y príncipes enamorados, de gatos ingeniosos y soldaditos de plomo, de gigantes bonachones y fábricas de chocolate. Lo poblaron de palabras, de inteligencia, de imágenes, de personajes extraordinarios. Le permitieron reír, asombrarse, convivir. Lo cargaron de significados. Y desde entonces esos cuentos han continuado multiplicándose para decirnos mil y una veces “Había una vez un cuento que contaba el mundo entero…”

Al leer, al contar o al escuchar cuentos estamos ejercitando la imaginación, como si fuera necesario darle entrenamiento para mantenerla en forma. Algún día, seguramente sin que lo sepamos, una de esas historias acudirá a nuestras vidas para ofrecernos soluciones creativas a los obstáculos que se nos presenten en el camino."


Aprovecho este día para recomendar un hermoso corto que incide en la misma idea: cuentos que contienen mundos...

4 comentarios:

  1. El corto es precioso! Besitos!

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    1. Qué bien plasma la fascinación del niño entre las páginas de un buen libro. Aunque a esa edad también se dejan hechizar por los cuentos contados. He visto a muchos niños quedarse con la boca abierta con tu estupenda versión de los tres cerditos.Besos.

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  2. La niña o el niño que leen cuentos en su infancia serán, si llega el caso, los padres que lean cuentos a sus hijos. No hay mejor método de inducir a la lectura que ese contacto cálido alrededor de un cuento maravilloso en ese mágico espacio de la noche,antes de que venga el sueño. Es cierto que el corto es una preciosidad. Un abrazo, Esther.

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    1. No hay mejor forma de animar a la lectura a nuestros hijos que compartir los cuentos con ellos. Por la noche se crea el momento cómplice ideal para disfrutar en torno a una historia. Por experiencia he comprobado que el hábito se crea y luego son incapaces de irse a dormir sin dejarse acunar por páginas. Incluso ya solos, por supuesto.
      Un abrazo, Carlota.

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