Si podemos afirmar, con Muñoz Molina, que “somos lo que hemos leído”, varias generaciones tenemos una deuda enorme con Miguel Delibes. Con su muerte, nos sentimos todos un poco huérfanos, aunque nos consuele acariciar los lomos de los libros que siguen acompañándonos en nuestras bibliotecas, libros conectados a nuestra biografía, fundiéndose con recuerdos y emociones.
Mi generación leyó El camino en 8º de EGB (la actual 2º de ESO), creando un paralelismo con ese muchacho que iba a empezar una nueva etapa; también nosotros pronto empezaríamos un camino hacia BUP, FP o el mundo laboral y sentíamos que abandonábamos de manera inequívoca ya la infancia. En 2º de BUP algunos accedimos a Las ratas, novela que mucho me temo no supimos comprender ni valorar, pues nos desagradó su dureza extrema.
Llegó COU y nos sorprendimos con Cinco horas con Mario, ese monólogo de Carmen que, contándonos su versión de los hechos, no conseguía sin embargo que simpatizáramos lo más mínimo con ella, muy al contrario, nos ponía del lado del pobre Mario.
De la mano del cine nos llegaron otras obras, algunas divertidas como El príncipe destronado, otras impactantes, como Los santos inocentes. Las imágenes en este caso precedieron a una lectura que no nos defraudó.
Su lado más humano quedó manifiesto en La hoja roja y, muy especialmente, en Señora de rojo sobre fondo gris, testimonio del profundo amor que sintió por su mujer.
El hereje, su última novela, inmortaliza a su ciudad natal y pone un broche magistral a una vida dedicada a las letras.
Mi generación leyó El camino en 8º de EGB (la actual 2º de ESO), creando un paralelismo con ese muchacho que iba a empezar una nueva etapa; también nosotros pronto empezaríamos un camino hacia BUP, FP o el mundo laboral y sentíamos que abandonábamos de manera inequívoca ya la infancia. En 2º de BUP algunos accedimos a Las ratas, novela que mucho me temo no supimos comprender ni valorar, pues nos desagradó su dureza extrema.
Llegó COU y nos sorprendimos con Cinco horas con Mario, ese monólogo de Carmen que, contándonos su versión de los hechos, no conseguía sin embargo que simpatizáramos lo más mínimo con ella, muy al contrario, nos ponía del lado del pobre Mario.
De la mano del cine nos llegaron otras obras, algunas divertidas como El príncipe destronado, otras impactantes, como Los santos inocentes. Las imágenes en este caso precedieron a una lectura que no nos defraudó.
Su lado más humano quedó manifiesto en La hoja roja y, muy especialmente, en Señora de rojo sobre fondo gris, testimonio del profundo amor que sintió por su mujer.
El hereje, su última novela, inmortaliza a su ciudad natal y pone un broche magistral a una vida dedicada a las letras.
El viernes 12 de marzo, día en que nos abandonaba Miguel Delibes, busqué consuelo en los libros que atesoro del autor en mi modesta biblioteca. Los saqué de su mutismo por unos minutos y los alineé sobre la cama de mi hija mayor para que pudiera admirarlos como estaba haciéndolo yo. A mí todos esos títulos me hablaban, cada uno en su lenguaje, arrastrando imágenes y emociones difíciles de expresar. Imagino que algún día ella también acudirá a ellos, animada por un profesor, obligada por un programa escolar o seducida por ellos sin más.
Y ese es mi consuelo, saber que sus palabras permanecen. Leer, releer y seguir recomendando sus libros constituye el mejor homenaje que podemos rendir a este maestro de la palabra.
Televisión Española ha glosado así su figura:
Querida compañera, es impresionante comprobar lo mucho que estamos coincidiendo en estos días. La blogosfera (término que, probablemente, horrorizaría a don Miguel) es un hervidero de homenajes llenos de admiración y respeto pero, sobre todo, de cariño y gratitud. Está claro que ha sido un referente para varias generaciones. Y, sinceramente, creo que hemos sido unos privilegiados. Abrazos.
ResponderEliminarHermoso homenaje para un ser humano excepcional.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Esther, por este "post" que nos has regalado. Coincido totalmente contigo. Delibes ha sido, es y será uno de mis escritores favoritos.
ResponderEliminarUn abrazo