Eva Navarro |
Es raro que seamos tantos en el mundo,
tantos en esta ciudad
y que no haya nadie,
casi nadie a quien no mentir.
Ayer leía fragmentos
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de literatura autobiográfica,
alguien se describía salvaje
o masoquista en un desierto
africano y hablaba con un ojo
puesto en su salvajez –así decía– 10
y otro puesto en Europa;
resultaba curioso
que no hubiera manera de tomárselo en serio.
Qué distinto hablaría, pensé,
una mujer, ciertas mujeres cuyos nombres 15
me vinieron a la cabeza,
o qué bien ese otro
modo de no contar las cosas y contarlas
que algunos hombres tienen
si no son en exceso afirmativos 20
o mercaderes; no mentir,
no mirarse el ombligo,
no ser delicuescente, no llegar
al decálogo.
caza
nocturna (1997)
Eva Navarro |
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