miércoles, 25 de octubre de 2023

Tejiendo comunidades

 " Tejiendo comunidades" es el lema con el que se conmemora el Día de las Bibliotecas de este año. Destaca el papel de las bibliotecas en las comunidades en las que desarrollan su labor, como un botiquín de emergencia donde acudir a sanar el alma, como dice Rosa Montero en el vídeo conmemorativo de este día. 

Cartel: Nuria Riaza

El cartel es un diseño de Nuria Riaza, quien ha bordado a mano gran parte de la ilustración, acorde al lema. 

Aprovechamos para recordar que texto y tejido tienen mucho en común, como ha expresado exquisitamente Irene Vallejo:

Mi madre me leía libros todas las noches, sentada en la orilla de mi cama. El lugar, la hora, los gestos y los silencios eran siempre los mismos: nuestra íntima liturgia. Mientras sus ojos buscaban la página donde la víspera abandonamos la lectura, la suave brisa del relato se llevaba todas las preocupaciones del día y los miedos intuidos de la noche. Aquel tiempo de lectura me parecía un paraíso pequeño y provisional –después he aprendido que todos los paraísos son así, humildes y transitorios.

Desde tiempos remotos las mujeres han contado historias, han cantado romances y enhebrado versos al amor de la hoguera. Mi madre desplegó ante mí el universo de las historias susurradas, y no por casualidad. A lo largo de los tiempos, han sido sobre todo las mujeres las encargadas de desovillar, en la noche, la memoria de los cuentos. Las tejedoras de relatos y retales. Durante siglos han devanado historias al mismo tiempo que hacían girar la rueca o manejaban la lanzadera del telar. Por eso textos y tejidos comparten tantas palabras: la trama del relato, el nudo del argumento, el hilo de una historia, el desenlace de la narración. Devanarse los sesos, bordar un discurso, hilar fino, urdir una intriga. Por eso los viejos mitos nos hablan de la tela de Penélope, de las túnicas de Nausicaa, de los bordados de Aracne, del hilo de Ariadna, de la hebra de la vida que hilaban las Moiras, del lienzo de los destinos que cosían las Nortas, del tapiz mágico de Sherezade.

Aunque ya no soy aquella niña, escribo para que no se acaben los cuentos.

Escribo porque no sé coser, ni hacer punto, nunca aprendí a bordar, pero me fascina la delicada urdimbre de las palabras. Cuento mis fantasías ovilladas con sueños y recuerdos. Me siento heredera de esas mujeres que desde siempre han tejido y destejido historias. Escribo para que no se rompa el viejo hilo de voz.

 

No temáis entrar a la biblioteca. La biblioteca pública y la biblioteca escolar propician momentos de encuentros y descubrimientos. 

En este sentido, estad muy atentos a las novedades que trae este curso la biblioteca escolar. Hoy mismo se ha anunciado en redes la puesta en marcha de un grupo de lectura. Y además, siguen el programa Poesía Para Llevar, los concursos literarios y el Taller de poesía. 


¡Os esperamos para crear comunidad en torno a la palabra y la lectura!


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