domingo, 8 de noviembre de 2020

"Romance del Emplazado", Federico García Lorca



Romance del emplazado


Para Emilio Aladrén


¡Mi soledad sin descanso!
Ojos chicos de mi cuerpo
y grandes de mi caballo,
no se cierran por la noche
ni miran al otro lado
donde se aleja tranquilo
un sueño de trece barcos.
Sino que limpios y duros
escuderos desvelados,
mis ojos miran un norte
de metales y peñascos
donde mi cuerpo sin venas
consulta naipes helados.

*  *  *


   Los densos bueyes del agua
embisten a los muchachos
que se bañan en las lunas
de sus cuernos ondulados.
Y los martillos cantaban
sobre los yunques sonámbulos,
el insomnio del jinete
y el insomnio del caballo.

*  *  *


   El veinticinco de junio
le dijeron a el Amargo:
Ya puedes cortar si gustas
las adelfas de tu patio.
Pinta una cruz en la puerta
y pon tu nombre debajo,
porque cicutas y ortigas
nacerán en tu costado,
y agujas de cal mojada
te morderán los zapatos.
Será de noche, en lo oscuro,
por los montes imantados,
donde los bueyes del agua
beben los juncos soñando.
Pide luces y campanas.
Aprende a cruzar las manos,
y gusta los aires fríos
de metales y peñascos.
Porque dentro de dos meses
yacerás amortajado.

*  *  *


   Espadón de nebulosa
mueve en el aire Santiago.
Grave silencio, de espalda,
manaba el cielo combado.

*  *  *



   El veinticinco de junio
abrió sus ojos Amargo,
y el veinticinco de agosto
se tendió para cerrarlos.
Hombres bajaban la calle
para ver al emplazado,
que fijaba sobre el muro
su soledad con descanso.
Y la sábana impecable,
de duro acento romano,
daba equilibrio a la muerte
con las rectas de sus paños.


Este romance tiene versión rap versión flamenca. 

En él se narra la predicción de la muerte del gitano Amargo. La muerte acecha en un plazo irrevocable y el Amargo se obsesiona con ese final ineludible:

"(...) mis ojos miran un norte
de metales y peñascos
donde mi cuerpo sin venas
consulta naipes helados"



Resulta escalofriante este poema, en el que Lorca anticipa su propia muerte. Estos versos recogen sus oscuros presentimientos:

"Será de noche, en lo oscuro,
por los montes imantados
donde los bueyes del agua
beben los juncos soñando"

Como nos recuerda María José Casorrán en su Estudio crítico del Romancero gitano (Mira Editores), Lorca fue fusilado al alba, a las afueras de Granada, probablemente el 19 de agosto de 1936. Sobrecoge la proximidad en las fechas (solo seis días de diferencia) y el fatalismo con que sus versos anticipan, ya en 1928,  su propia muerte. 

Os recomiendo ver Lorca, muerte de un poeta, película dirigida por Juan Antonio Bardem, basada en las obras de Ian Gibson sobre el escritor, quien reconstruye los últimos días y el contexto social de Federico García Lorca.





Imagen: Chema Madoz (1998)

Acercaos de nuevo a Antonio Machado para leer "El crimen fue en Granada", lamento desgarrado por el asesinato del poeta.

Y para finalizar, leed el emotivo poema que le dedica Raúl González Tuñón (La muerte en Madrid, 1939) en el blog "Búscame en el ciclo de la vida".



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