Ingrid Tusell |
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreir,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estot seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreir,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estot seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)
del libro "Palabra sobre palabra".
De nuevo Ángel González, maestro en dotar de intensidad y lirismo al lenguaje cotidiano. Pedro Guerra lo acompaña en esta sincera e intensa declaración de amor. Espero que os guste.
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Para el poeta, la amada es la mujer que quiere, que ha buscado y si la pudiera crear sería su mujer ideal.Para el poeta lo bueno de esta relación es que aunque la ama cada día experimenta algo nuevo.
ResponderEliminarLa amada es ella misma, vital, real y por lo que es también el punto en el que se apoya el poeta. Este se sorprende de todo lo que le aporta esta mujer cada día. Incluso en el silencio siente que está más cerca de ella. Debido a esto el poeta la ama y cree en su relación sobre todas las cosas.
En este caso no hablamos de un amor ciego por parte del poeta hacia una mujer. Ya que nos encontramos ante una relación de entrega total mutua en la que el hombre ama a esta mujer sabiendo quién es ella realmente, es decir conociéndola en su totalidad. Conoce su pasado y es feliz con el presente que los dos tienen en común.
Sin embargo es consciente de que para él, ella es la mujer perfecta. Y como es la mujer perfecta, también tiene imperfecciones, que es lo que aumenta la belleza de esta mujer y lo que aporta la realidad que busca el poeta en la relación de pareja.
La temática amorosa es uno de los temas más importantes y principales en poesía. No hay casi ningún escritor que no introduzca el amor en alguno de sus versos. Sin embargo, lo bonito que tiene este poema es que lo hace de una manera natural, en primera persona y es sencillo para que los receptores lo podamos entender fácilmente. Este poema habla sobre el amor, la confianza, el cariño y el crecimiento mutuo como pareja.
Claudia Rufat
Este es un poema del libro _Palabra sobre palabra_ de Ángel González, perteneciente al grupo poético de los 50. Habla sobre su amada.
ResponderEliminarEl tema de este poema es al amor sencillo y profundo que siente por una mujer, de la que nunca cambiaría nada, ni aspectual ni psicológico.
En este poema utiliza mucho la metáfora de (si yo fuese Dios…), con la que quiere mostrar el amor tan fuerte que siente hacia esa mujer, a la que ve perfecta y a la que quiere tal y como es. Utiliza paralelismos y hermosos recursos para trasmitirle un mensaje de confianza, para que ella se forme, para que ella sea libre y decida crearse y evolucionar por sí misma en cada momento.
A su vez, pide que si es ella y solo ella le despierte cada mañana, que así él estaría feliz de tenerla, puesto que arroja luz a su vida. Utiliza una metáfora que me ha gustado mucho (y corras la cortina impalpable que separa el sueño de la vida) pues hace referencia a que está tan sumamente contento que no distingue un sueño de esa maravillosa realidad.
Así pues, considero este poema “Me basta así” una encantadora declaración de amor hacia una mujer, a la que el poeta ama tan libre como es.
Patricia Lapuente Altés