(Imagen: MªJesús Serrano)
Tendríamos que convertir el Día de la Biblioteca Escolar en una jornada reivindicativa. Las bibliotecas escolares son las grandes olvidadas de las leyes educativas, aun con los planes de dinamización que salvan un poco la cara e imagino tranquilizarán alguna conciencia.
Arrinconadas por la inversión en TIC, mucho más rentable en imagen pública, subsisten gracias al entusiasmo de desinteresados profesores, en muchas ocasiones del Departamento de Lengua, que allí dejan sus horas y sus energías.
¿Quién mueve las bibliotecas escolares? Duele invertir en ellas y faltan bibliotecarios, que podrían dinamizarlas e involucrar al profesorado con su dedicación horaria.
¿Es suficiente una hora lectiva para realizar o coordinar la labor enorme (selección de títulos, catalogación, orden, préstamo, dinamización, etc.) que una biblioteca de enseñanzas medias asume?
Una hora lectiva y muchas más complementarias de algunos profesores de todos los Departamentos "mueven" y de forma muy eficaz la biblioteca de nuestro centro, el IES "Mar de Aragón". A veces a mi pesar, porque ¿alguien se va a molestar en dotar de más recursos humanos un proyecto que al fin y al cabo se mueve y lo hace bien? Y la realidad es que es mucho más lo que podría hacerse; incluso lo que se hace siempre es contando con la motivación, la buena disposición, la vocación de este profesorado abrumado por las demandas (planes de convivencia, escuela 2.0., seminarios de acogida, .... y cada uno que ponga su suma y sigue....).
Dan ganas de plantarse, en serio. Cuando la Administración tenga verdadero interés en este tema, tendrá que demostrarlo poniendo al frente de las bibliotecas escolares a las personas que se han preparado para ello, o en su caso, destinando unas horas lectivas suficientes a su organización y coordinación. Los agravios comparativos existen: muchos planes de centro superan la dedicación horaria con creces y no tienen tantos frentes que cubrir.
El título de la entrada de hoy lo he tomado prestado de un ensayo muy didáctico y útil que me acercó a la realidad de las bibliotecas escolares. De esto hace ya nueve años. En el camino he perdido demasiado entusiasmo y también la fe en que la situación de las bibliotecas escolares vaya a cambiar.
Os dejo una viñeta que me gusta mucho. Todas las bibliotecas esconden pequeños tesoros, también la nuestra. Acercaos a descrubrirlos:
La viñeta mantiene viva la esperanza, ojalá las bibliotecas escolares reciban la atención y el apoyo para que cumplan su función, en un ambiente de convivencia de las TIC, libros impresos y lectores.
ResponderEliminarUn abrazo cariñoso.
Tienes toda la razón, Esther. Corren malos tiempos, a pesar de todo el entusiasmo que derrochamos los que nos implicamos en estos proyectos. En nuestro centro somos dos los responsables: el bibliotecario (profe de Lengua, claro) y la coordinadora del Plan de Fomento de la Lectura (o sea, yo, profe de Lengua también). Hoy por hoy, seguimos ilusionados, pero cada vez hay menos horas y menos presupuesto para lo que debería ser la columna vertebral del instituto.
ResponderEliminarSaludos.
MªEugenia, la viñeta sigue apostando por la lectura, como no podía ser de otra manera.
ResponderEliminarPor supuesto que las TIC no desplazarán a los libros, de momento no tengo duda de eso. Pero no deberían acaparar todos los presupuestos. Se prima a la máquina sobre la persona y sigue invirtiéndose poco en recursos humanos.
Un abrazo.
Biblos, adelante con vuestra ilusión. ¿Qué sería de la enseñanza sin el entusiasmo de los profesores? Lástima que eso juegue a veces en nuestra contra. Quizá saben que haremos lo que sea para que los alumnos se acerquen a los libros. Confían en nuestra dedicación e inclinación natural. Y de hecho les funciona.
Un abrazo.
Pues claro que dan ganas de plantarse. Y encima creo que nos cuesta mucho dejar de entusiasmarnos por un espacio tan especial como es la biblioteca del instituto,aunque sepamos que a las administraciones les tiene sin cuidado si está atendida o no, si se rentabilizan o no los fondos, si se renuevan, quién está a su cuidado...La nuestra es amplia y luminosa; este año tenemos bastantes libros nuevos, pero también hay algunos que da pena cogerlos por si desintegran entre las manos. Este curso, de manera casi generalizada, los profes de MAE de primer ciclo (y alguno de segundo) están leyendo en las clases. Me encanta ver en los cambios el trasiego de acarreadores de libros de un lado para otro. A los alumnos les encanta que les llevemos (¡todavía les hace ilusión!), y estamos tan a gusto en ella que el curso pasado tenía un grupo muy reducido de 2º de Bachillerato de Universal que decidió que nos instalábamos allí. Por cierto, qué lindo el cómic.
ResponderEliminarMe encanta la idea de libros de un lado para otro y clases en la biblioteca. Como decía Biblos, la biblioteca debería ser la columna vertebral del centro.
ResponderEliminarTambién nuestra biblioteca "luce" este año. El curso pasado se llenó de novedades de literatura juvenil muy atractivas. La otra cara de la moneda es el expurgo que arrinconó demasiados clásicos porque total quién iba a leerlos ya. Lamentablemente ni en Bachillerato hay tiempo real para ampliar, bastante si abordamos contenidos mínimos.
En fin, ya veis que vivo el tema de la biblioteca escolar de forma contradictoria y dolorosa.
Un abrazo, Carlota.