Papel en blanco proponía recientemente una Encuesta sobre las lecturas del verano cuyo resultado se ha hecho público ya: parece que los votantes, más de 300, se han decantado por las novelas clásicas (un 38%). A continuación, se leen best-sellers, actuales o de pasadas temporadas.

Ver una película después de haber disfrutado con un libro es una satisfacción inigualable. Buscar los paralelismos, las divergencias y las omisiones; o cotejar nuestros personajes con las propuestas del director, para unas veces preferir los nuestros y otras no poder ya desvincular de esos actores a los personajes de ficción.
Si un libro siempre me lleva de la mano hasta su adaptación cinematográfica, es muy difícil que una película me lleve a un libro. Es más, normalmente, desisto de ver una película adaptada de una novela que no haya leído previamente, pues es ya sentenciar la lectura de la misma. Aparte de la intriga que se esfuma con el visionado, me afecta la contaminación de ambientes y personajes. A veces resulta complicado de evitar, pues la misma portada del libro es un fotograma de la película.
Ahora bien, una vez leída la novela, me puede la curiosidad. Ver el trailler de la película Arráncame la vida, estrenada en México en 2008 y basada en la novela homónima de Ángeles Mastretta, ha sido como un paseo animado por los aspectos fundamentales de la novela. Aventuro que la adaptación será fiel al espíritu de esta obra y sobre todo al sugerente personaje central, Catalina Guzmán.
Enlaces:
Ángeles Mastretta: La mujer y su obra (Carlos M. Coria-Sánchez)
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