Merche mantiene el asombro y la curiosidad de quien nunca ha
dejado de aprender y tiene el don de la comunicación, para transmitir su saber
de manera sencilla y cercana. Ella nos va a contar siempre, como decía Juan de
Mairena, el imaginario profesor de Machado, “lo que pasa en la calle”, no “los
eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa”. Su rigor académico se muestra
digerible en virtud de su sencillez natural y su sentido del humor innato.
Merche es una gran comunicadora, una facilitadora, una mediadora para que el
saber nos llegue a la mano, como quien ofrece el pan que necesitamos cada día;
o mejor, un vaso de agua. Con
naturalidad, sin estridencias y con mucho amor.
|
(Imagen: AVILA) |
Merche Caballud departió sobre diferentes aspectos conectados a la “Literatura para vivir” y, si hacemos un recorrido de su camino de vida, la encontramos desde muy joven unida a la lectura y a su difusión.
Los primeros libros llegaron a Merche de la mano de un
bibliotecario y maestro, también socio honorífico de esta Asociación, el señor
Alloza.
Con los años su vocación la llevó a estudiar Filología Románica
Hispánica en Barcelona. Con su compañero de vida, Ramiro Moreno, llegará a Caspe donde ejerció cuatro años como docente,
de ahí se trasladaron a Vilanova i la Geltrú, luego a Barcelona (donde destaca
la influencia pedagógica de la profesora Carmen Pleyán) y, finalmente, saca su
plaza de oposición y toma posesión de su
plaza en el IES Ramón J. Sender de Fraga, donde culminará su etapa docente
hasta la jubilación.
Nunca se desvinculó culturalmente de Caspe, participando en
tertulias y grupos de lectura, para conversar sobre sus libros recomendados
o difundir la poesía de sus admirados Antonio Machado o Miguel
Hernández.
En su larga trayectoria profesional en el IES Ramón J Sender
de Fraga, Merche Caballud combinó sus clases con la colaboración en el centro
de profesorado y las tertulias literarias, tanto en la biblioteca como en su
propia casa.
En esos años Merche hacía planteamientos innovadores y
multidisciplinares para enseñar Literatura en el aula. Sin llegar a ser
iconoclasta, entendía perfectamente que los alumnos no se contagiasen de la
magia de la literatura a través de los ejercicios del manual, por lo que
siempre exploraba otras vías, más conectadas a la vida y a la experiencia del
alumnado.
La formación del profesorado es una de las vías de
intervención de Merche Caballud en esta etapa. Fue constante la publicación de
guías y reseñas en el Centro de Profesorado y Recursos con lecturas comentadas
(“Libros para animar a leer y escribir”). A través de sus recomendaciones, profesores
y familias conocimos a Víctor Moreno, Daniel Pennac, Teresa Colomer o Michèle
Petit, entre otros destacados referentes de la lectura y la escritura. O
conocimos experiencias de primera mano, como el Bubisher, un proyecto de
bibliotecas y bibliobuses para los campamentos de refugiados saharauis, en el
que se implicó incluso colaborando en la primera aportación de libros.
En el curso 92/93 Carmen Carramiñana, maestra de Ballobar y
participante de los movimientos de renovación pedagógica que se fraguaban en la
Escuela de Verano del Alto Aragón, solicitó
a Merche asesoramiento como especialista de literatura infantil y
juvenil para despertar la afición a la lectura en los niños de Infantil y
Primaria.
Merche propuso crear grupos de lectura con docentes,
familias, bibliotecarios (“la apuesta por el triángulo”). Esta idea se concretó en el programa “Leer
Juntos”, un proyecto que supuso un gran
impacto social y cultural en la población de Ballobar en su fase inicial (en un
pueblo de unos mil habitantes, se involucraron casi cien personas) y que no
paró de crecer. Cierto es que Ballobar tenía un tejido asociativo muy
participativo, contaba en los años 80 con el primer Centro de Recursos de la
España democrática y el colegio había anticipado la Reforma educativa, por lo
que había un caldo de cultivo propicio para acoger este proyecto.
El modelo se trasladó de
Educación Primaria en Ballobar a
Educación Secundaria en el IES Ramón J. Sender de Fraga y se consolidó
gracias al interés común y la red de afectos generada por el entusiasmo de
estas docentes y bibliotecarias.
Cuando se cumplieron los diez años de estos encuentros, se
celebraron las I Jornadas aragonesas de Bibliotecas escolares y promoción de la
lectura (8-10 de mayo de 2003). Sería el
primer encuentro de muchos otros, con carácter autonómico o nacional, con
impacto directo en un nutrido grupo de profesores vinculados a la docencia y
por tanto a la promoción de la lectura.
El programa siguió su expansión (de 26 grupos de lectura en
Huesca ha llegado a tener más de 200 grupos en todo Aragón).
“Leer juntos” obtuvo
el Premio Búho en Aragón y en 2005 obtuvo el Premio Nacional de Fomento de la
Lectura, un galardón de reconocido prestigio que reconocía el impacto de la
lectura y de la difusión cultural.
La antropóloga francesa Michèle Petit , que centra sus investigaciones
en la lectura y su relación con los libros y las bibliotecas, inspira parte de
la actividad de esta profesora en estos años al confirmar con sus ensayos y
estudios que la línea de intervención que han iniciado es adecuada. En sus palabras podemos atisbar qué es
exactamente lo que se pretende:
“Es forjar un arte de vivir cotidiano
que escape a la obsesión de la evaluación cuantitativa, es forjar una atención.
Es llegar a componer y preservar un espacio muy diferente que privilegie el
juego, los intercambios poéticos, la curiosidad, el pensamiento, la exploración
de sí y de lo que nos rodea. Es mantener viva una parte de libertad, de sueño,
de algo inesperado”.
(Leer el mundo, Michèle Petit)
Este programa sigue inspirando a los docentes y animadores de
lectura, tanto en Aragón como en otras comunidades o incluso otros países. En la actualidad, es uno de los programas
educativos que promueve y apoya el Gobierno de Aragón en sus centros
educativos. (Junto a este, quiero destacar también la enorme repercusión de otro programa que nació
casi a la par en Fraga, en el IES Bajo Cinca, ideado por su bibliotecario, Julio
Moreno, “Poesía para llevar”).
Merche Caballud coordinó el Programa Provincial de
Bibliotecas Escolares junto a su amiga inseparable Carmen Carramiñana en la
provincia de Huesca (2001-2007) realizando una labor transformadora pueblo a
pueblo, al estilo de las “Misiones pedagógicas”.
Michèle Petit pone el foco en los mediadores de lectura:
“…no es la biblioteca o la escuela la
que despierta el gusto por leer, por aprender, imaginar, descubrir. Es un
maestro, un bibliotecario que, llevado por su pasión, y por su deseo de
compartirla, la transmite en una relación individualizada”
(41 ideas para reflexionar sobre libros,
escritores, bibliotecas, escuelas, grupos de lectura… en la cena de celebración
de los 10 años de Leer juntos, idea 24, Ballobar 2003)
En 2009 Merche Caballud recibe la Cruz de José de Calasanz,
premio honorífico del Gobierno de Aragón que reconoce “la inmensa labor
desarrollada al fomento de la lectura, la escritura, las bibliotecas escolares
y los grupos y tertulias literarias”.
Conectada a toda esta actividad relacionada con la lectura,
surge una obra maravillosa, que quiero recordar. En 2015, se publica Pan de
lectura, un proyecto divulgativo global, coordinado por Merche Caballud.
El título es un juego de palabras (pan de lecturas/plan
de lecturas) remedando uno de los posibles planes de fomento lector que curso
tras curso promueven las administraciones educativas. Pero va más allá: ¿Cómo
no recordar aquí el discurso inaugural de la biblioteca de Fuente Vaqueros por
parte de Federico García Lorca (Fuente Vaqueros, Granada, septiembre de
1931):
No sólo de pan vive el hombre. Yo,
si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que
pediría medio pan y un libro. (---)
Bien está que todos los hombres
coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del
espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del
Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
Este excelente trabajo reunió las aportaciones más innovadoras del momento, provenientes
de todos los ámbitos conectados a la lectura y la escritura(profesores,
escritores, editores, responsables de todo tipo de instituciones, padres y
madres, alumnos y alumnas... ) y aspiraba a llegar a toda la comunidad educativa.
En la contraportada sintetiza su propósito: (así, el prefijo “pan”,
que significa “todo” en griego, aporta
un nuevo significado al proyecto):
En este libro se habla de la
comunicación: de leer y de escribir, de hablar y de escuchar. Es difícil formar
al alumnado en estas habilidades. Para quienes las poseen no resulta sencillo
describir los caminos por los que avanzaron hasta alcanzarlas. El proceso es
complejo porque se nutre de un gran número de experiencias y de estímulos. No
existe un alimento único para nutrir a los que se forman. Existen muchos
diferentes, todos necesarios, ninguno insustituible. Este Pan quiere
acompañarlos todos. Sugiere sin imponer, propone sin jerarquizar, expone sin
preferir. El continente como trasunto del contenido: caos aparente en la
adquisición de la competencia comunicativa.
Esta declaración de intenciones, tremendamente respetuosa con
los ritmos y estilos de aprendizaje de cada cual, es un distintivo que siempre
ha caracterizado a Merche Caballud. En sus grupos de lectura todos se sienten
cómodos y libres. E igualmente da
testimonio del compromiso social de llegar “a la inmensa mayoría”, a todos.
Desde su jubilación, hace unos quince años, Merche Caballud,
se ha asentado en un pequeño pueblo del Sobrarbe de 22 habitantes, Borrastre,
donde disfruta de la naturaleza y de su maravillosa familia y vecindad.
Decía Machado que “hoy es siempre todavía”, así que su jubilación laboral no ha implicado un cese
de las actividades que le mueven y conmueven, más bien al contrario.
En la actualidad, participa en la tertulia literaria de la
biblioteca de Boltaña, en un grupo de lectura de Zaragoza y coordina los
encuentros literarios también en Borrastre.
Además, organiza un encuentro cultural: “Primavera de
palabras”, un programa variado donde la presentación de libros, novelas o
poesía, se enriquece con la propuesta de exposiciones de fotografías o
ilustraciones, las conferencias, la música, los títeres o los talleres
literarios.
Llevada por su entusiasmo, ha puesto en marcha, con
donaciones voluntarias, la que quizá sea la biblioteca pública abierta del
pueblo más pequeño de España (o quizá del mundo). Esta peculiaridad ha atraído el foco mediático
y ha despertado el interés de la prensa, con entrevistas en varios periódicos, y de algunos encuentros de profesionales de
bibliotecas. Así, en la segunda edición de “Bibliocatessen” (23-25/02/2024), un
encuentro de profesionales de bibliotecas ideado y coordinado por Félix Albo,
Merche pudo presentar su ilusionante proyecto voluntario de difusión cultural,
con el sugerente título “Con alegría, café y té” y un recordatorio implícito a
la importancia de crear complicidades lectoras siempre en torno a un café y pastas.
Para terminar, destacaremos la participación en Radio Fraga de
Merche Caballud como colaboradora habitual en el programa “Astí estem”. Como
especialista de Literatura, aporta su interpretación de figuras de la
literatura (Antonio Machado, Rosalía de Castro, Begoña Abad, María Lejárraga… )
y aprovecha para leer algunos de sus
poemas favoritos, algo que nunca puede faltar tampoco en ningún encuentro con
Merche Caballlud.
Con esta actividad no es excesivo cuando algunos la califican
de verdadera agitadora social y cultural. Su pasión lectora es inseparable de
su compromiso por compartir la belleza, para que no sea exclusiva de unos pocos
privilegiados, un acto en efecto revolucionario.
Albert Camus dijo que “la belleza
no hace revoluciones. Pero llega un día en que las revoluciones necesitan
belleza”.
Para transformar el mundo, Merche Caballud anima a los
educadores a hacerlo desde la crítica y la rebeldía, siempre entendiendo esta
actitud como un camino activo de mejora.
En efecto, esta labor de una vida, discreta, fuera de los
focos, que ha desarrollado Merche Caballud desde su ámbito de influencia (su
familia, su centro educativo, su biblioteca, su pueblo…) en la “pequeñez de los
días” (como acostumbra a referirse otro querido caspolino, Víctor Juan, cuando
se refiere a la labor docente) ha tenido
un gran impacto en la vida de muchas personas. En un artículo escrito junto a Carmen
Carramiñana reflexionan en estos
términos
“La animación a la lectura debe ser
algo cotidiano, que se construye en las acciones diarias, continuadas,
sencillas, del gota a gota de las estalactitas. Y que en determinados momentos
se vive como algo especial”
(Lectura y Literatura infantil y
juvenil: reflexiones desde el aula, Mercedes Caballud Albiac y Carmen Carramiñana La Vega)
En definitiva, desde una sencillez rebosante de palabras,
versos y entusiasmo, Merche Caballud ha compartido siempre lo que más ama,
sabiendo que no se agota, sino que se multiplica.
Esta apasionada mediadora de lectura nos devuelve a lo
básico, lo más necesario. En un mundo material lleno de urgencias, viene a
recordarnos el valor de la lengua oral, de lo poético, de la belleza. Gracias por todo ello.