A veces solo hay ventanas.
Hacia
el sol de la mañana.
Hacia
un futuro que llega tarde.
Hacia
una guerra que nos mira de frente.
Hacia
el vuelo de una rapaz batiendo las alas.
Hacia
un recuerdo en el que no vivirás.
Hacia
un olvido en el que no morirás.
Hacia
todos aquellos que abajo te esperan.
O
hacia todos aquellos que arriba te esperan.
A
veces, solo hay ventanas.
(Águeda Jarrín Rois, Por si me pierdo)
Empezar el año es como ir abriendo ventanas. Un singular calendario de adviento al presente. ¿Qué nos traerá cada mes, cada día, cada momento?
Somos capaces de anticipar algunos eventos, vamos marcando en la agenda las ocasiones especiales y nos vamos ilusionando.
2025 nos trae algunos acontecimientos muy especiales, de esos que calientan el corazón y nos hacen sonreír. Estad atentos a los próximos días, os iremos contando por aquí.
Esta entrada solo pretende volver a convocar los buenos deseos para que 2025 os llene de buenos momentos para vivir y recordar.
He aprovechado un poema de la profesora del centro Águeda Jarrín Rois, poeta seleccionada en nuestro programa de Poesía para llevar el curso pasado, que propició una interesante actividad el Día de los Enamorados, con nuchas ventanas abiertas hacia versos de amor de la autora (Por si me pierdo).
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