Quiero comenzar el nuevo año con un propósito necesario: defender la alegría frente a la hostilidad del mundo.
No se trata de ignorar la dureza de la realidad que nos rodea, sino de cuidar en nuestra vida cotidiana los pequeños gestos que nos hacen felices, tanto a nosotros como a los demás.
Es muy fácil enfadarse, crisparse, lamentarse... Al mismo tiempo, los motivos de alegría parecen reservados a unos pocos momentos especiales. Incluso cuando la alegría llega, dura poco y cualquier contratiempo consigue apagarla o amortiguarla. Por ello, hay que hacer una intención, un propósito, para que permanezca en nuestras vidas ...de una forma casi revolucionaria.
Deseo para este nuevo año que cada día tengáis motivos para la alegría, que estéis abiertos a reconocer su presencia en lo cotidiano, que seáis generosos para compartirla y disfrutarla con los demás.
Mario Benedetti escribió su "Defensa de la alegría" para preservar este sentimiento, no por efímero menos necesario.
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
(Mario Benedetti, Cotidianas, 1978-1979)
El gran Joan Manuel Serrat puso voz a estos versos reivindicativos de Mario Benedetti.
Escuchadlo y, sobre todo, poned en práctica este ejercicio consciente, pues, como otro poeta dijo, "Nuestra venganza es ser felices".
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