Los poetas románticos mostraban una gran predilección por todo aquello que equivaliera a lo sombrío, lo oscuro, las tinieblas... A medida que la poesía de Rosalía alcanza la madurez, las sombras cobran un significado distinto. Dejan de ser un elemento romántico para definir un estado existencial caracterizado por el dolor y la tristeza. La propia existencia provoca angustia y así nace “la negra sombra”.
El mayor exponente de este sentimiento ambiguo se encuentra en el famoso poema Negra sombra.
Escucha la versión que hizo de este poema Luz Casal:
Negra sombra
Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.
(Rosalía de Castro: "Follas Novas" (1880).
En castellano:
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras,
al pie de mis cabezales,
vuelves haciéndome burla.
Cuando imagino que te has ido,
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que sopla.
Si cantan, eres tú que cantas,
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo,
para mí y en mí misma moras,
no me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.
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