Hoy celebramos el Día Mundial del Teatro. El actor estadounidense John Malkovich es el autor del mensaje que se leerá hoy en ciudades de todo el mundo para celebrar el medio siglo de esta conmemoración.
"Que vuestro trabajo sea convincente y original. Que sea profundo, conmovedor, reflexivo y único. Que nos ayude a reflejar la cuestión de lo que significa ser humano y que dicho reflejo sea guiado por el corazón, la sinceridad, el candor y la gracia".
En España se ha vuelto a conmemorar este día, imponiendo a la estatua de Ramón Valle-Inclán una bufanda blanca, en un gesto, no por repetido, menos entrañable.
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Aprovecho la efemérides para compartir un material de explotación didáctica del teatro que me parece muy valioso. Se trata de veintiséis programas audiovisuales pedagógicos sobre las artes escénicas, divididos en bloques temáticos y con sus correspondientes guías didácticas. Un formato atractivo para despertar la curiosidad por el mundo del teatro y fomentar la actitud crítica de los futuros espectadores.
Me gusta que Valle sea el escritor que concita esta efeméride en España. Valle inspira mi blog, su teatro fracasó frente al de otros a los que hoy nadie recuerda. Es una de las vidas más apasionantes que conozco y tal vez sea todo pura invención, pero lo maravilloso en Valle es que se mezcla convincentemente la realidad y la ficción. Su teatro sigue entrañablamente vivo. Que la bufanda blanca le abrigue y su figura nos alumbre a nosotros sobre cómo es posible ser un conservador y terminar siendo el autor más revolucionario de su tiempo y de los que siguieron. Saludos.
ResponderEliminarComparto admiración por este autor. Yo también "¡me quito el cráneo!". Valle fue mucho más allá de lo que permitían las modas y las convenciones de su tiempo. Frente a lo que él llamaba un "teatro de camilla casera", se declaró partidario de un teatro de numerosos escenarios, siguiendo el ejemplo del cine.
ResponderEliminarAnte la tiranía actual de los mercados y la facilidad con que muchos se doblegan tanto en cine como en literatura, Valle constituye un ejemplo, pues continuó escribiendo, aunque sus obras se vieran condenadas en su tiempo a ser "teatro para leer". Ello explica que las acotaciones sean tan literarias como el diálogo mismo, y que no retrocediera ante detalles verdaderamente irrepresentables.
Su asombroso manejo del idioma hace de él uno de los grandes creadores que ha habido en nuestra lengua.
Es inevitable seguir leyendo a Valle como referente de plena actualidad en esta sociedad tan cercana al esperpento.
Un abrazo, Joselu. Gracias por acercarnos a Valle hasta aquí. El Día mundial del Teatro es un poco más luminoso.