martes, 9 de septiembre de 2025

"Los lápices de colores", Manuel Vicent

 


"Por mucho tiempo que haya pasado, cuando empieza septiembre vuelven siempre a mi memoria aquellos lápices de colores Alpino que sonaban dentro del plumier cuando de niño iba saltando charcos camino de la escuela. Habían llegado las lluvias en forma de furiosos aguaceros que entonces no se llamaban gota fría ni dana. Era la consabida riada de final de verano que se lo llevaba todo por delante y dejaba el campo encharcado donde bajaban a beber las aves de paso que volaban hacia el Sur. Podían desbordarse todos los barrancos, podía el borrascoso mar asolar las playas, pero allí estaban los lápices Alpino con todos los colores del arco iris, que en medio del desastre eran la señal de que todo volvería a su cauce, que el mundo seguiría siendo maravilloso si un niño usaba aquellos colores para pintarlo. Esos lápices, el sacapuntas, el lapicero de grafito, marca Faber y la goma de borrar Milan que olía a turrón de coco han llegado a convertirse en categorías de la mente. Asociados a la luz dorada de septiembre, todavía hoy significan para mí una actitud optimista, positiva y placentera ante la vida. Mientras aprendía en la escuela las primeras letras y las cuatro reglas, con los lápices Alpino me gustaba pintar barquitos de vela azules, rojos, verdes y amarillos; fueron aquellos barquitos cargados de promesas los que me han traído sano y salvo hasta esta orilla. Aún hoy en mis horas más oscuras siempre vuelvo a imaginar sus colores como un regreso a la inocencia que es el asa más firme donde agarrarse frente a este mundo que se desmorona. De alguna forma, a lo largo de mi vida no he hecho otra cosa que seguir usando aquellos lápices, aquella goma, aquel sacapuntas. Con la goma he borrado muchos errores que pude cometer, con el sacapuntas he afilado el lapicero de grafito con el que he llenado de palabras propias aquel cuaderno escolar. Es septiembre, empieza el nuevo curso, hay que volver a la escuela, limpios, bien peinados y con la cara lavada".

(Manuel Vicent, "El País", 07/09/2025)


lunes, 1 de septiembre de 2025

Ausencia


El curso comienza: renovamos las ilusiones, los proyectos, las personas que nos acompañarán.

El día 1 de septiembre concede una breve tregua al  largo camino que recorreremos (con sus retos, sus dificultades, sus problemas). Hoy es un día de reencuentros, de sorpresas, de felicitaciones a aquellos que han aprobado las oposiciones, … 

También es un día de echar de menos. Los nuevos compañeros sustituyen a aquellos que nos acompañaron el curso pasado y ahora van a empezar aventura en nuevo centro.  Los añoramos, les escribimos y deseamos suerte, planeamos visitas…

Mucho más dolorosa, incomprensible,  es la ausencia de compañeros que nos han dejado definitivamente. No por una jubilación deseada, sino porque su camino se truncó insospechadamente.

Nuestro compañero y amigo Santiago Pascual Sanmarcelino fue profesor en el IES Mar de Aragón durante diez cursos, primero en el Departamento de Tecnología, después en el Departamento de Agropecuaria, donde puso en marcha el nuevo ciclo y la FP Dual. Este octubre esperaba con ilusión una jubilación que le ofrecía otra etapa más amable, el momento elegido donde concretar tantos proyectos personales que compensan la entrega de una vida laboral. Sin embargo, en mayo nos dejaba. De forma discreta, como era él, sin hacer ruido.  Su partida trae una honda tristeza:  demasiado pronto, mucha vida esperando aún.

En todo el tiempo vivido, junto a las aportaciones inestimables por su implicación y desarrollo docente, abundan los interminables cafés de conversaciones y risas compartidas. Santiago fue amigo, antes que compañero. Bajo su aparente desapego, valoraba por encima de todo los encuentros para conversar. Todos los cursos se preocupó de organizar (o se aseguró de que alguien lo hiciera) cafés,  comidas, salidas (con la bici, a por setas, a la cueva…). Creaba un vínculo muy especial. Su ausencia nos deja desorientados, sin el alma que unía el grupo, lo cohesionaba, le daba motivación y sentido.

Quizá porque era un provocador nato, polemizaba y sacaba de nosotros aspectos personales que nunca hubiéramos abordado en una reunión de compañeros. Su franqueza iba siempre por delante, a veces con brusquedad. Pero tocaba el resorte: era el detonante para hablar y discutir desde esa verdad o verdades que uno guarda para sí y comparte solo en situaciones especiales o con personas escogidas. Quizá por eso, y por su forma personal de entender la vida, nos conquistó. Siempre nos van a acompañar los momentos compartidos hablando (y despotricando) de lo divino y de lo humano. Nunca vamos a olvidar su paso por nuestro centro y por nuestras vidas. Santiago es una pieza importante en el IES Mar de Aragón por sus aportaciones al Ciclo de Agropecuaria, la puesta en marcha de la FP Dual… pero sobre todo es un amigo insustituible.

Las palabras de apertura y de cierre del claustro de hoy han rendido memoria a su legado y han agradecido la donación de sus libros por parte de su pareja al Departamento de Agropecuaria. La directora, Liliana Benito, y la secretaria, Bárbara Pastor, le han dedicado unas palabras de emocionado reconocimiento. Sus libros permanecerán aquí, así como su recuerdo, un recuerdo entrañable con el  cariño de todos los aprendizajes y momentos compartidos.

Siempre en nuestros corazones.

Vuela alto, Santiago.

II Premio Agropecuaria Dual (septiembre 2022)

Entrevista en La Comarca


Cap. 618 - Castillo de Sora - 30/05/2021 15:19 - Tempero - Aragón TV A la Carta