martes, 21 de febrero de 2012

No juzgues a Begoña Oro por su imagen... ni a "Pomelo y limón" por su portada

Diseño del  cartel: María Jesús Serrano y Mariano Solán

Me gustan los libros que no son lo que parecen. La portada de Pomelo y limón recuerda a una revista del corazón.



Sin embargo,  esta historia de amor juvenil es la antítesis de una de ellas. La prensa rosa divulga y cotillea sobre la vida ajena y esta novela reivindica sobre todas las cosas el derecho a la intimidad. Pero una portada solo es eso, una puerta atractiva para tentar al lector a asomarse. Cuidado con las apariencias. Es tan fácil engañar con la cubierta, con la fachada, con la vestimenta, con el perfil de facebook o tuenti… sobre todo si partimos de nuestros prejuicios. Nos encanta simplificar, poner etiquetas, reducir al otro.
Begoña Oro ha visitado nuestro centro en vísperas del Carnaval. Ella también ha echado mano de las máscaras y ha jugado con nosotros. ¿Quién es Begoña Oro en realidad? Hemos cambiado de opinión tantas veces durante una hora que ya no sabemos qué pensar. Habíamos cotilleado su blog, a pesar de sus advertencias:

 




Creíamos saber bastante sobre ella… Pero nos ha dado su lección, la misma que extraemos de la novela. No es tan sencillo, “lo esencial es invisible a los ojos”, como el Principito y el protagonista de nuestro libro nos recuerdan. Begoña Oro  es más de lo que su aspecto externo nos pueda mostrar.



Me gustan las historias frescas. Begoña Oro ha compartido con los alumnos de 2º de ESO una historia de amor en el día después de San Valentín, con el sabor almibarado de los corazones que todavía cuelgan por los pasillos del centro. Una historia de amor se parece a otras historias de amor. El amor imposible tiene referentes clásicos: Tristán e Iseo, Romeo y Julieta,… Pero quizá no sea tan importante la historia como la forma en la que se cuenta, y Begoña Oro consigue hacerlo de una manera muy actual. Como si de un puzzle se tratase, los hechos van tomando forma a través de entradas de blog, correos electrónicos y en usb, dibujos de uno de los protagonistas…además de la versión de un narrador en tercera persona, que tiene las claves de la historia pero no nos lo va a hacer nada fácil, al menos “hasta que nos pongamos de su parte”.  La verosimilitud de la novela se acentúa con el perfil en facebook (actualizado) de uno de los personajes, Rebeca Lindon, y el blog de la protagonista, Pinillismos, que sigue creciendo día a día en comentarios y seguidores, con vida propia.

Al principio de esta historia… es posible que nos falten muchos datos. Así que el lector no tendrá más remedio que seguir leyendo hasta que las piezas comiencen a encajar.

“Esta historia es una campaña. Al contrario que todas las campañas, se ha hecho para que dejen de hablar de ella. No es una campaña de publicidad. Es una campaña de privacidad. Hasta ahora todo el mundo ha hablado y ha oído hablar de alguno de sus personajes: de Jorge, de su madre, de la madre de María. Pero no creas que conoces su historia. Solo sabes algunos datos, y no todos son ciertos. Porque esa es la misión de las historias: dar luz, hacer claros”.

Me gustan los libros que hablan de libros, esos guiños de la autora a sus preferencias literarias, que a su vez son hilos que el lector puede retomar para llegar a otras historias. Son como piedrecitas en el camino que podemos ir atesorando. Es tan fácil dejarse llevar. Unas historias llevan a otras hasta el infinito. Ojalá algún alumno haya tomado nota de El principito, el libro preferido de Jorge.  Yo,  por mi parte,  me apunto el consejo de uno de los personajes, Berto Zaera, quien cree que hay que leer  Diario de un mal año, de J.M. Coetzee. Edgar, el portero,  homenajea, como se reconoce en la novela, a otro personaje de una historia  que disfruté mucho: La elegancia del erizo.  Junto a referencias clásicas, como la historia de Tristán e Iseo,  el lector de Pomelo y limón descubre guiños a los cuentos tradicionales (Pulgarcito, Caperucita roja), que a mí personalmente me fascinan.


Me gustan las apuestas multimedia. Pomelo y limón aspira a novela total, poliédrica, integrando hipervínculos a entradas de blog, a canciones de youtube, a Facebook. Es una novela del siglo XXI, que alcanza todo su potencial en los nuevos soportes (e-reader, ipad,...) con conexión a internet.

Me gustan los libros que reivindican el poder y  la magia de las palabras, libros que nos hacen sentir que nuestra vida es nuestra mejor novela y que hay que poner mucho cuidado en elegir bien las palabras con las que vamos a contar a los demás y a nosotros mismos nuestra historia.
“Imagina un bosque lleno de maleza. Esa es la realidad.  También tu realidad. Y ahora ábrete paso, desbroza un camino, crea un claro en ese bosque, tu bosque, donde sentarte cómodamente a descansar. ¿Cómo? Cuenta la historia, desbroza a palabrazos la desordenada realidad. Crea un claro. Ese milagro produces cada vez que te cuentas la historia de tu vida. Y a ese milagro asistes cada vez que escuchas o lees una historia. Como ahora”.

"Los recuerdos están hechos de palabras, la vida está hecha de palabras. No puedes cambiar lo que te ha pasado, pero puedes escoger las palabras para contarlo". 

Tenmos un superpoder, pero no siempre lo empleamos adecuadamente.  Begoña Oro previene al joven lector del daño que pueden hacer el rumor y la mentira. ¡Cuánto nos enredan las palabras! Realidad, ficción, pasado, mentiras… todo se teje con ellas.

“Una mentira se parece mucho a una verdad y solo quien la cuenta es capaz de distinguirlas”

Me gustan los libros que hacen lectores. Pomelo y limón ha gustado a nuestros alumnos adolescentes de 2º de ESO, algunos de los cuales reconocían que era el primer libro que les había enganchado  lo suficiente como para terminarlo. Estos chicos de segundo también han expresado su creatividad con el estímulo de su profesora de Educación Plástica, María Mir, siguiendo el modelo de Ricardo Cavolo, el ilustrador del libro. Este ha sido el resultado,  que encantó a nuestra escritora.




Me gusta Begoña Oro, la persona, quien compartió con nosotros desde la autenticidad la  emoción que se desbordó en llanto cuando supo que había sido distinguida  con el Premio Gran Angular de SM.




Me gustan las editoriales que, como SM, nos acercan a clase al autor de la obra para que al disfrute de la lectura se sume la experiencia inolvidable de la tertulia.  Siempre intentan complacernos y estamos muy agradecidos.

Me gusta repetir. Nuestra ilusión es que los escritores también disfruten con la acogida en nuestro centro y vuelvan.