miércoles, 4 de noviembre de 2009

"Manifiesto", Jesús Munárriz

(Procedencia de la imagen: Google)



Manifiesto

En defensa del cardo y de la ortiga,
en defensa del burro y su rebuzno
y de su condición intrascendente,

a favor de los bosques y su antiguo
modo de ser, a favor de la piedra
que el invierno cubrió de oscuro musgo,

para que vivan peces en las aguas,
pájaros en el aire, rododendros
en los jardines, luces en la noche,

y los hombres se olviden de la prisa
con que van a la nada y no se enteran,
víctimas de un progreso establecido,

para que todo cobre otro sentido
una vez asumido el sinsentido
que es todo, y concentrados en su paso

veamos sin dolor pasar el tiempo
y vivamos minutos, horas, días,
bocanadas de ser, riqueza única,

para que todo vuelva a ser sí mismo,
lo que pasó, lo que es, lo que perdura,
lo que no deja huella de su paso,

para que no dé miedo tener hijos
ni dejar de tenerlos, y el amor
vuelva a ser verdadero, a ser inmenso,

para poder tomar el sol y el aire
y sentarse en la hierba con la gente
y ponerse a charlar largo y tendido,

a favor del cansancio y del descanso,
a favor de los ciclos naturales
y de la rebeldía ante los ciclos,

por los colores y por los sonidos,
por los gustos, los tactos, los olores,
por el juego y el sueño, y los amigos,

en defensa de lo que se ha perdido,
de la paz verdadera, del sosiego,
de la palabra limpia y del silencio.

(MUNÁRRIZ, Jesús: "Manifiesto", en Joven poesía española, Ed. Cátedra)

4 comentarios:

  1. De los poemas que últimamente he leído y más me han gustado (aunque si bien no sigo, por desgracia, demasiado la poesía contemporánea).

    ¡Muchas gracias por ponerlo!

    ¡Saludos!

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  2. Me alegro de que te guste. Lo encontré de forma providencial archivado entre mis papeles y decidí suscribir inmediatamente este manifiesto intemporal.
    Un saludo.

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  3. A mi también me encanta este poema.
    Hace mucho tiempo que le doy vueltas al tema que plantea. Vivimos acelerados. Necesitamos pararnos un poco. Tener más tiempo para no hacer nada. Siempre corriendo y dejando atrás tantas cosas importantes...
    Me encanta cuando me paseo por esos pueblos pequeños del Pirineo Aragonés. Es como si el día fuese más largo y te queda tiempo para disfrutar de él, con sus olores, colores, sonidos. Su gente te cuenta sus historias, sin prisas.
    De pronto, te sientes pleno y envidias ese modo de vida.
    En fin, me voy a trabajar. Después justo comer y recoger la cocina, me iré a correr un rato y tras recoger a mis hijas de cole y acompañarles a sus respectivas actividades extraescolare, me iré a mis clases de ingés hasta la hora de recogerlas...(no, sigo, pero ¿te suena?)
    Bueno, guapa, nunca te hago comentarios, pero que sepas que te leo y me encanta tu blog. Deseo que tu ritmo acelerado te deje siempre un huequecito para seguir haciéndonos disfrutar con tu blog.
    Un beso

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  4. Gracias por tu reflexión y tus palabras de ánimo.
    Un besazo.

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